El cambio que no fue
FERNANDO BARROS TOCORNAL Abogado. Consejero de Sofofa
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FERNANDO BARROS TOCORNAL
En un acalorado fin de año político y bosques ardiendo, pensamos que la refrescante brisa que representaron algunos gestos del Presidente Boric, invocando a nuestra poetisa y patrocinando una agenda de seguridad, podían dar cuenta de un acercamiento a posiciones moderadas.
Antes de concluir diciembre quedó en evidencia que se trataba de una lectura equivocada y que el Gobierno no pretende enmendar rumbos y que sigue firme junto a la izquierda radical latinoamericana y un mensaje de cómplice justificación de la violencia.
“Ha quedado en evidencia que el Gobierno no pretende enmendar rumbos y sigue firme junto a la izquierda radical latinoamericana, con un mensaje de cómplice justificación de la violencia”.
En esa línea pudimos ver que, ante vergonzosos WhatsApp que evidenciaron un sabotaje de funcionarios de gobierno al desarrollo inmobiliario Egaña Sustentable, con más de un 30% de avance en su construcción, en los que agudizaban su ingenio para boicotearlo inventando excusas y pasar por sobre las opiniones técnicas que avalaron la legalidad de la iniciativa privada, el Gobierno guardó silencio y en vez de enmendar rumbos y comprometer el respeto a la institucionalidad, entregó intragables excusas y cerró el caso con un liviano amparo en el rodaje gubernamental.
Mientras los sondeos de opinión muestran la angustia de la ciudadanía por la violencia, las usurpaciones que asolan nuestro país y la delincuencia, narcotráfico, inmigración ilegal, y el mundo político avanzaba en una agenda de seguridad, el Presidente nos sorprende ejerciendo una facultad excepcional y concede el indulto presidencial a 12 delincuentes recientemente condenados por la justicia por su involucramiento probado en hechos que significaron la mayor destrucción conocida de propiedad pública y privada, incendios, saqueos, lanzamiento de bombas incendiarias, etc. Sumando, además, a un integrante del Partido Comunista, miembro del grupo terrorista Manuel Rodríguez, quien fue condenado por la justicia por su participación en un asalto. Ilustre reo que ya había sido condenado por su culpabilidad en otro asalto a un banco en que falleció un inocente empleado, y que obtuvo el perdón del Presidente Lagos.
Frente a la creciente indignación por el equívoco mensaje gubernamental ante la violencia, el Presidente no invoca razones humanitarias sino que su convicción de que en el juicio contra el frentista “..hubo irregularidades y una valoración de la prueba que no estuvo a la altura de la justicia”. Tal afirmación constituye un actuar inconstitucional, al inmiscuirse, como Jefe de Estado, en procesos judiciales concluidos y que fueron conocidos en todas las instancias por los tribunales de justicia conforme a la ley, incluyendo la Corte Suprema, misma que le reprochó públicamente que vulneraba la legalidad vigente al cuestionar el actuar de otro poder del Estado, repudio al que se sumaron los Fiscales del Ministerio Público.
Desde el estallido de violencia de octubre 2019, pasando por la deplorable y masivamente rechazada experiencia convencional y la violenta criminalidad que enfrentamos, el país clama por mensajes creíbles, fuertes y claros de sus líderes respecto del rechazo a la violencia, sin excepción, y el compromiso con el desarrollo enfrentando unidos la recesión económica que ya azota Chile. Ello no lo están haciendo el Presidente ni su gobierno y mientras se den más gustitos ideológicos -como los que destruyeron la educación pública- y enfrenten la crisis de seguridad, continuará la caída de la inversión, la baja creación de empleos y el derrumbe de la confianza de los agentes económicos, con el consiguiente sufrimiento de la mayoría de los chilenos.