VER MÁS
MARKET DATA
<%userdata?.email%>
Editar perfil
Salir
(Twitter)
Instagram
Facebook
LinkedIn
YouTube
TikTok
Alto contrasteHace algún tiempo escribimos sobre la nueva legislación norteamericana “The Stolen or Misappropriated Information Technology Law” y vimos como permitía perseguir, por conductas de competencia desleal, a empresas extranjeras que exportasen a determinados estados de Estados Unidos, por usar software pirata en sus procesos productivos.
Creemos que es el momento de traerla nuevamente al tapete, pues es ahora Kamala Karris, la activa Fiscal General de California, quien ha accionado, por competencia desleal, en contra de dos empresas textiles (una china y la otra india) que exportaban a ese estado sin tener sus licencias de software al día. Los programas piratas pertenecen a Microsoft, Symantec, Adobe y Corel.
Pero Karris acciona en representación de la “gente del Estado de California”.
Estas nuevas acciones han de constituir una voz de alerta para la industria exportadora local. Ello, porque sabido es que nuestro país no goza de buen prestigio, a los ojos de EEUU, en lo que a la protección de la propiedad intelectual se refiere, y, así, pese a los permanentes esfuerzos del gobierno, de ésta y otras administraciones, en la lucha contra la piratería, lo cierto es que no salimos de la Priority Watch List.
No la dejamos, con algún merecimiento: basta por el momento recordar el incumplimiento del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos en relación a la prohibición de la elusión de medidas tecnológicas.
Adicionalmente, conforme a las bases de datos de Prochile, la dulce realidad de que más de 1.100 empresas chilenas exportaron a Estados Unidos durante 2012, coexiste con aquella otra, que es de agraz, de que, conforme a la ADS, el 67% del software instalado en Chile es pirata.
Creemos que la inmensa mayoría de las empresas exportadoras cumplen y cuentan con todas las licencias que amparan el uso de su software. Pero la combinación anterior, de mucha exportación a la gran potencia, por una parte, y altas tasas de incumplimiento del licenciamiento de software, por la otra, parece peligrosa para un país en la referida lista.
A la alerta sigue una simplísima invitación a las empresas exportadoras: a regularizar su software.
