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DF Conexión Asia | Recursos naturales: nuestra entrada a las cadenas globales de valor

KARINA FERNANDEZ-STARK Y PENNY BAMBER Senior Fellows - Duke Center for International Development

Por: KARINA FERNANDEZ-STARK Y PENNY BAMBER | Publicado: Martes 27 de diciembre de 2022 a las 04:00 hrs.
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KARINA FERNANDEZ-STARK Y PENNY BAMBER

Asia se ha convertido en el mayor comprador de recursos naturales de América del Sur, insumos esenciales para que esa región se convirtiera en la fábrica del mundo. Esta relación conduce a que muchas personas crean que nuestros países están en desventaja y es muy típico escuchar que “nosotros exportamos rocas”. Sin embargo, las preguntas clave son: primero, ¿para qué sirven esas rocas¬? Y segundo, quizás más importante, ¿cómo se extraen esas rocas?

Sí, es un hecho: América del Sur exporta recursos naturales a Asia. El 90% de sus exportaciones son minerales, metales, madera y productos agrícolas. A su vez, Asia depende de estos recursos para lograr exportar productos finales, y no podría tener una industria manufacturera tan exitosa sin ellos. Es más, América del Sur es el mayor proveedor extrarregional de numerosas materias primas a Asia. Esto ha generado una relación de interdependencia entre las dos regiones. No obstante, en el contexto mundial actual, parece que América Latina podría llevar la delantera.

“El gran paso para América Latina es tomar sus oportunidades y capitalizarlas, basándose en las ventajas competitivas existentes”.

Entonces, ¿para qué sirven estos recursos que provee A. Latina? Muchos minerales en que la región es líder global son esenciales para la transición a una economía verde mundial. Los sistemas de energía renovable pueden requerir hasta 12 veces más cobre que los sistemas tradicionales. Por esta razón, Goldman Sachs desde hace dos años viene diciendo que el cobre es “el nuevo petróleo” y se espera que la demanda por el material rojo aumente en casi un 600% para 2030.

Mas aún, en el caso del litio, que actualmente no tiene sustituto para la producción de baterías eléctricas, su precio ha crecido rápidamente y se espera que a 2025 exista una escasez. Estos minerales están en la mira de las tres grandes potencias mundiales: Estados Unidos, la Unión Europea y China. Todos quieren liderar la transición verde y necesitan una enorme cantidad de estos minerales. Así, América Latina va robusteciendo su poder de negociación y diversificando sus mercados.

El otro gran valor en las cadenas de recursos naturales es en cómo se extraen, lo cual requiere capital humano especializado en innovación y tecnologías avanzadas. Y esto ofrece una gama de oportunidades para producir y exportar servicios basados en conocimiento. Chile, por ejemplo, ya ha desarrollado estas capacidades; más de un cuarto del valor de sus recursos naturales radica en servicios modernos utilizados en su extracción. Anualmente, la industria minera del país compra más de $2.000 millones de dólares sólo en servicios de ingeniería de la economía local. Un operario minero chileno gana en promedio tres veces más que un operario manufacturero en China y 10 veces más que en Vietnam. Países ricos en recursos naturales, como Australia, Canadá, Noruega han capitalizado en este know-how, exportando todo este conocimiento.

El gran paso para la región es tomar esas oportunidades y capitalizarlas, basándose en las ventajas competitivas existentes. Cada país debe ir escalando a etapas más altas en valor dada sus ventajas. Asia lo está tratando en la cadena manufactura, América Latina lo debería hacer en las cadenas de recursos naturales.

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