DF Conexión Asia | ¿Diplomacia científica o diplomacia de las vacunas?
JUAN ENRIQUE SERRANO MORENO Universidad de la Frontera
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JUAN ENRIQUE SERRANO MORENO
Chile lleva años fortaleciendo la ciencia, lo que, sumado a sus ventajas comparativas -entre las que destaca la astronomía- ha sido aprovechado por los gobiernos extranjeros para desarrollar lo que se ha venido a llamar la “diplomacia científica”.
El pasado 28 de noviembre tuvo lugar el Cuarto Foro Académico Chile-Japón, donde participaron más de cien académicos de ambos países. El embajador de Japón en Chile y los rectores de las universidades organizadoras asistieron al encuentro, que coincidió con el 125 aniversario de las relaciones diplomáticas entre ambas naciones. Desde 2014, este foro ha contribuido a desarrollar y consolidar redes académicas entre Japón y Chile, impactando favorablemente en las relaciones entre ambos países.
“En un contexto internacional marcado por la rivalidad entre China y los EEUU, que algunos autores califican como desglobalización o desacoplamiento bipolar, la diplomacia científica es una de las muchas herramientas con las que las potencias compiten entre sí”.
La Unión Europea también se está esforzando en este sentido con los programas EURAXES y Horizonte Europa, que financian proyectos y becas para promover la colaboración entre científicos latinoamericanos y europeos en investigaciones de tecnologías de vanguardia. Esto está vinculado a la actual estrategia comunitaria en nuestra región, que reconoce abiertamente la necesidad que tiene la UE de “impulsar de manera sistemática su compromiso multilateral con los países de Latinoamérica y Caribe en vistas al aumento de la competencia de China y Rusia” (El País, 18 de agosto 2022).
Desde 2018, China es nuestro primer socio comercial e inversor, sin embargo la diplomacia científica entre China y Chile presenta algunos interrogantes. Durante la pandemia la cooperación con China fue clave y culminó con la construcción por Sinovac Biotech de un centro de producción de vacunas en Quilicura. Las colaboraciones previas a la pandemia de la PUC con empresas médicas chinas facilitaron este proceso. A esto hay que añadir la diplomacia cultural de los Institutos Confucio de la PUC, la Universidad Santo Tomás y la UFRO. Sin embargo, un estudio reciente de opinión pública de Francisco Urdinez (PUC) apunta que la pandemia ha dañado la reputación de China en nuestra región pese a los esfuerzos dedicados, primero, a la diplomacia de las mascarillas y, después, a la diplomacia de las vacunas.
En un contexto internacional marcado por la rivalidad entre China y los EEUU, que algunos autores califican como desglobalización o desacoplamiento bipolar, la diplomacia científica es una de las muchas herramientas con las que las potencias compiten entre sí. La colaboración científica y la movilidad de estudiantes y académicos representan un instrumento para acercarse a países no alineados con abundantes recursos naturales como el nuestro.
China parte con cierta desventaja en este ámbito pues sus fronteras siguen cerradas por la pandemia y sus intercambios científicos con Chile, si bien son importantes, son recientes. China deberá por tanto recuperar el terreno frente a la UE, EEUU o Japón, quienes además no dudan en emplear la retórica de los DDHH y los valores democráticos para legitimar su diplomacia científica en Chile y diferenciarse así de China.