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DF Conexión a China | Cómo China rompió el modelo asiático

Gideon Rachman © 2021 The Financial Times Ltd.

Por: Gideon Rachman | Publicado: Martes 13 de julio de 2021 a las 04:00 hrs.
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China acaba de celebrar el centenario de la fundación del Partido Comunista. Una de las principales afirmaciones del presidente Xi Jinping es que, bajo la juiciosa dirección del partido, China ha descubierto una vía única de desarrollo de la que ahora puede aprender el resto del mundo.

La afirmación del líder chino de haber descubierto una nueva vía hacia el crecimiento económico es cuestionable. Las primeras etapas de las reformas económicas de China después de Mao siguieron una fórmula reconocible para cualquiera que conozca los anteriores “milagros” económicos de Asia del Este.

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Muchas de las primeras fábricas del sur de China fueron creadas por inversionistas chinos del extranjero procedentes de Taiwán, Hong Kong, Tailandia y otros lugares. Transportaron un modelo que había funcionado en esos países a un nuevo entorno de bajo costo. El hecho de que China haya seguido creciendo con tasas de dos dígitos durante décadas es notable. Pero no es algo inédito. Japón logró una hazaña similar durante muchos años después de la Segunda Guerra Mundial. Corea del Sur era más pobre que partes del África subsahariana en la década de 1950, pero hoy es un país rico.

Pero aunque la economía del modelo chino es derivada, la política es nueva. A diferencia de Taiwán o Corea del Sur, que pasaron de ser estados unipartidistas a democracias conforme se enriquecían, en China bajo el mandato de Xi se ha afianzado el dominio del Partido Comunista.

China también ha desafiado el entorno geopolítico que sirvió de telón de fondo al ascenso de Asia. Los tigres asiáticos originales eran todos aliados de EEUU. En el contexto de su guerra fría con la Unión Soviética, EEUU vio las ventajas de abrir su mercado a las exportaciones de sus aliados de Asia del Este. Además, Washington estaba dispuesto a tolerar sus políticas proteccionistas durante más tiempo del que las habría tolerado en otras circunstancias.

China nunca iba a ser aliada de EEUU. Pero, hasta hace poco, se cuidaba mucho de no desafiar abiertamente el poder estadounidense en la zona del Pacífico. Esto ha cambiado durante el mandato de Xi, conforme China ha construido bases militares en el Mar de China Meridional.

El gobierno chino tiene motivos para desear que EEUU haya empezado demasiado tarde a replantear su apoyo al modelo asiático de crecimiento que ha facilitado el ascenso de China. China ya es el mayor fabricante y exportador del mundo. El país posee ahora una enorme economía de consumo interno, que proporciona una fuente de crecimiento alternativa a los mercados de exportación que fueron tan cruciales en las primeras décadas del ascenso chino. Además, acaba de convertirse en el principal receptor mundial de nuevas inversiones extranjeras directas, y las compañías chinas se están expandiendo por todo el mundo.

Durante las primeras décadas del ascenso de China, EEUU adoptó una actitud alentadora y permisiva, similar a su enfoque hacia las demás economías de los tigres asiáticos. Ahora ya está restringiendo el acceso de China a ciertas tecnologías avanzadas y organizando a sus aliados para hacerle frente a Beijing.

En este nuevo entorno geopolítico, Xi necesita realmente encontrar un nuevo “modelo de China” —distinto del modelo de Asia del Este— si quiere que el ascenso de su país continúe sin interrupción.

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