Desafíos empresariales 2023: menos declaración y más acción

Janet Awad

Decir que el año que viene será complejo parece un lugar común. En el último tiempo las compañías han debido navegar con múltiples focos de incertidumbre y 2023 no será la excepción.

Un elemento de contexto ineludible será la crisis económica que enfrentará el país. Más allá de si la caída será -0,5% o por debajo del -1%, lo cierto es que en lo económico tendremos meses difíciles, con peores niveles de empleo y fuertes presiones políticas para abrir la billetera fiscal o las arcas previsionales. El plano externo será menos benevolente para Chile, una economía que depende fuertemente del impulso exportador.

“Desde las empresas podemos trabajar para evitar quedarnos en el plano declarativo y actuar como verdaderos agentes de cambio”.

En lo político, en 2023 nuevamente estaremos atravesando por un proceso constituyente. El acuerdo recientemente firmado abre la esperanza de que sea reflexivo, moderado y representativo de la ciudadanía. Sin embargo, el corcoveo posterior de varios de los firmantes, algunos de los cuales han llamado a redefinir algunos aspectos “interpretables” del acuerdo, reactivan la incertidumbre.

Pero, además, seguirá la discusión de una reforma tributaria extremadamente ambiciosa -que busca recaudar 3,6% del PIB, con los ajustes de Hacienda-, una reforma de pensiones que presiona aún más al mercado laboral y le otorga más peso al Estado en desmedro de los privados, la reducción -aunque gradual- de la jornada semanal de 45 a 40 horas, y obstáculos para aprobar proyectos de inversión que tienen paralizados al menos unos US$ 11 mil millones, a la espera de definiciones políticas.

En este entorno complejo será fundamental que las empresas se focalicen en robustecer sus gobiernos corporativos. Los directorios son responsables no sólo de los resultados económicos y el cumplimiento de las múltiples normas que los regulan. También es esencial que sintonicen con el cuidado del medio ambiente y con la ciudadanía, y en especial con quienes dirigen: los propios colaboradores.

Es esencial avanzar a aportar mayor diversidad en los directorios, no sólo incorporando más mujeres, sino también con background más heterogéneo en el ámbito profesional, cultural y generacional. Un gobierno corporativo más diverso -con altos niveles de especialización- tendrá mayor capacidad para conducir a las organizaciones en ambientes políticos y sociales más desafiantes, y capitalizar como oportunidades las amenazas que se ciernen sobre las compañías.

El equipo económico del Gobierno tendrá que desplegar sus competencias técnicas, pero también su capacidad política para enfrentar con éxito el desafío 2023. Desde las empresas podemos trabajar para evitar quedarnos en el plano declarativo y actuar como verdaderos agentes de cambio.

Desde las organizaciones empresariales tenemos que seguir trabajando por crear engranajes que retroalimenten la labor pública y que sirvan de puentes en medio de la incertidumbre. En especial, debemos seguir poniendo el foco en promover una cultura de integridad al interior de las organizaciones, porque conductas antiéticas tienen efectos devastadores en el sector empresarial y la sociedad.