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Cultura, creatividad e innovación

Carmen Gloria Larenas Directora general del Teatro Municipal de Santiago

Por: Carmen Gloria Larenas | Publicado: Jueves 28 de enero de 2021 a las 04:00 hrs.
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Carmen Gloria Larenas

Desafíos diferentes, soluciones diferentes. Ese fue el binomio de 2020 y lo seguirá siendo, marcando el camino para todas las áreas productivas y creativas del país.

Como una contribución del sector cultural en este contexto de pandemia, desde las artes y la educación hubo ejercicios y propuestas. Una de ellas, la más reciente, es la micro ópera digital de 40 minutos de duración, La Compuerta N12. Fue estrenada la semana pasada como parte del nuevo Centro de Experimentación e Innovación Artística CEIA y a través de la plataforma digital Municipal Delivery. Basada en un cuento homónimo del escritor chileno Baldomero Lillo, con música de Miguel Farías, fue trabajada especialmente para el formato digital, aprovechando las posibilidades que ofrece (edición de imágenes, montaje, entre otros).

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Sin embargo, su mayor mérito es abordar, en su creación, tres espacios diferentes y conectados entre sí, de manera colaborativa: el artístico (al crear una obra); el de la innovación (al ser ideada y concretada en pandemia y con dinámicas artísticas que no fueron exploradas antes en la ópera), y el educativo (al sumar a estudiantes de colegios públicos al proceso creativo propio de una ópera). Y es este último aspecto el que hay que mirar con especial atención, pensando en los desafíos del sistema educativo en general.

El proyecto se hizo con estudiantes de seis colegios, que acompañaron el desarrollo del equipo artístico profesional, aprendiendo de él, para finalizar con versiones propias de la ópera digital. En la base de la rica dinámica colaborativa estuvo la convicción de que los procesos creativos tras la producción de una ópera tienen atributos que ayudan a formar habilidades socioemocionales como trabajo en equipo interdisciplinario, creatividad, tolerancia y respeto, por ejemplo, empujando las fronteras de estos jóvenes para llevarlos hacia la innovación.

Las barreras que existen a partir de la especialización, que tanto ha permitido avanzar, han limitado al mismo tiempo las sinergias ricas y transformadoras de áreas y profesionales cuyas miradas, más que ser excluyentes, deben conectarse precisamente por ser diferentes. Separar a los creativos (artistas) del resto del mundo, es precisamente lo que no hay que hacer.

Desde el sector privado, el mundo de la educación y, en especial, el de las artes, debemos promover las sinergias que libera el trabajo creativo bajo una óptica colaborativa. Sus resultados no deben mirarse únicamente desde los ojos de la creación artística, sino como el gatillante de una sociedad que privilegia la innovación, la creatividad y las nuevas ideas.

Replicar experiencias como lLa Compuerta N12 puede dar a nuestra educación un sello propio. Uno que nos saque de admirar a otros modelos para enfocarnos en el nuestro, con identidad y potencial. Comprender que las artes y su creatividad no son ajenas para nadie —y tampoco para los nuevos procesos educativos que hay que impulsar—, probablemente nos haga encontrar ese factor que nos permita marcar la diferencia para enviar, con convicción, un mensaje central: atrévanse a innovar.

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