Cuidado con un cripto desastre
Mauricio Burgos Navarrete Director Auditoría e Ingeniería en Control de Gestión, Universidad Autónoma
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Mauricio Burgos Navarrete
El frenesí por ser partícipes de las plataformas de inversión ligadas con las criptomonedas se ha extendido por el globo. Ya no se trata de observar sólo el bitcoin, estamos contemplando la existencia y evolución de al menos 8.400 criptomonedas. Alimentado por la idea de obtener elevadas rentabilidades, lo anterior se transforma en un poderoso caldo de atención. Sin embargo, no todo lo que brilla es oro y debemos ser precavidos, particularmente cuando estamos comprometiendo nuestros ahorros, por ejemplo, los acumulados de los retiros del 10%.
En tal sentido, debemos tomar nota del llamado de atención que ha realizado la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) respecto de realizar operaciones en Omegapro, Binance y Swedencap, argumentándose que no se encuentran inscritas, ni tampoco sujetas a su fiscalización. Pero cuidado, esto no es antojo solamente de la CMF, ya que otras iniciativas se han propiciado por entes reguladores de Malasia, España, Francia y Reino Unido.
Sin embargo, los peligros también nos llevan a otras áreas. Según la BBC desde 2014 se han producido robos por ataques de hackers cercanos a los US $ 2.196 millones, debido a problemas de seguridad. Las estafas piramidales son más continuas, se han producido quiebras sospechosas de plataformas o la desaparición de valores en criptomonedas.
Si nos centramos en la realidad nacional, es importante complementar con algunos datos locales. Al respecto, los resultados de la encuesta reciente Ipsos, si bien está focalizada en “Fraude en servicios financieros”, muestra que los usuarios afirman tener falta de conocimiento sobre la regulación del sistema financiero. Esto evidencia la urgencia de realizar una labor más profunda y de mayor alcance a la comunidad, no sólo en términos de alfabetización y educación financiera, sino también digital, por parte de distintas instancias de nuestra sociedad: Estado, entes fiscalizadores, oferentes del sistema e instituciones de educación, entre otras. Además, existe una mayor exposición de las personas de mayor edad para transformarse en potenciales víctimas; por ende, papel relevante juega la información preventiva que se pueda proporcionar.
Si este escenario evidencia las carencias en el mercado financiero local, con mayor razón puede extrapolarse a lo que ocurre para operaciones en plataformas de intercambio extranjeras y sobre un producto en el que no somos expertos, como las criptomonedas.
No se trata de generar pánico. Es sólo un llamado a la prudencia. Uno podrá pensar que es libre de gestionar su dinero de la mejor forma que lo crea, y así es. Sin embargo, para qué provocar a la mala suerte si resulta razonable y saludable prestar atención a las advertencias, las cuales podemos revisar de manera básica en la página de alertas de nuestro ente fiscalizador, o bien, indagar opiniones o reclamos en internet o directamente en el Sernac. Seguro estas pequeñas, pero profundas acciones, nos frenarán de algún arrebato.