A propósito de los que quieren liderar el país

Cristián Saieh

Chile pasa por una tensión de visiones en asuntos esenciales para el futuro como educación, salud y pensiones. Los cuestionamientos a las personas, instituciones y al estado son permanentes. Es un lugar común hablar de falta de diálogo en reformas estructurales que pueden cambiar radicalmente el país para las próximas tres o más décadas. Qué hacer para que la comunicación se produzca y, de esa forma, buscar acuerdos sensatos, duraderos y consensuados? Cuál es la tarea de los que aspiran a liderar próximamente el país en la construcción de acuerdos?

La teoría de la negociación indica que para que la comunicación se produzca debe superar tres dificultades. Esto no significa que la comunicación sea imposible, pero para llegar a producirse, debe enfrentar las siguientes improbabilidades: la improbabilidad de que el otro entienda; la improbabilidad de llegar más allá de los presentes y la improbabilidad de que el otro acepte. Durante su evolución, la sociedad ha desarrollado mecanismos que permiten y facilitan la comunicación. Ninguno de estos elimina las dificultades completamente; cada uno de ellos sólo consigue que la comunicación sea menos improbable.
El primer mecanismo es el lenguaje, que hace que se entienda lo que se quiere decir: si dos personas hablan el mismo idioma es mayor la probabilidad de que se entiendan que si no lo comparten. Sin embargo, esto no garantiza la comprensión.

Otros mecanismos son los medios de difusión como la escritura, la radio, internet, entre otros, que han surgido para llegar más allá de los presentes. Recordemos, sólo a modo de ejemplo, que casi todos los chilenos saben leer y tienen teléfono celular; la mayoría de los hogares tiene televisor y muchos disponen de conexión a internet. Sin embargo, ninguno de estos medios consigue asegurar que se llegue a las personas ausentes; puede que ellas no lean el aviso publicitario, que hagan zapping cuando viene la tanda de comerciales o que mantengan el celular apagado.

Para enfrentar la tercera improbabilidad -que el otro acepte- es necesario contar con criterios de legitimidad que no puedan ser objetados. Superar estas dificultades de la comunicación es la tarea que tenemos hoy, particularmente los que se aprestan a liderar Chile. La tierra es fértil para el populismo y para elevar expectativas con sueños inalcanzables. Y la respuesta es el peso de la evidencia de la pésima gestión de este gobierno que basó su oferta electoral en promesas irresponsables y carentes de sustento objetivo, asunto indesmentible, tal vez algunos personeros del segundo piso crean aún algo contrario, además de la Presidenta.

Finalmente, para los que aspiran a encabezar el país saber escuchar será la clave, y pese a que es evidente hacerlo, en la mayoría de las ocasiones no ocurre. No hay que olvidar que existen tres sencillas razones para hacerlo: entender, para luego empatizar y de esa forma ser escuchado. Así estaremos más cerca de generar consensos y liderazgos en materias tan delicadas como las que copan la agenda hoy.