El turismo puede contribuir de forma importante y sostenible a resolver la situación en La Araucanía. El turismo, actividad económica dinámica y floreciente, se sustenta en la diversidad cultural y natural de los países. La principal motivación de los turistas es precisamente el conocimiento de culturas y paisajes diversos, conocer y compartir con gente “nueva”, saber de sus tradiciones y presenciar sus festividades, gozar de su gastronomía, etc.
La oportunidad que brinda el turismo para crear actividades económicas durables y recuperar la identidad de la etnia mapuche -históricamente ignorada- es enorme y no debe ser menospreciada.
En el mundo hay muy buenos ejemplos de cómo el turismo ha contribuido a integrar definitivamente a minorías étnicas de pueblos originarios, ofreciendo al mismo tiempo una oferta turística diferenciada y de alto valor agregado: los maoríes en Nueva Zelanda, los innouis en Canadá, las distintas etnias de Sudáfrica y Australia, y varios otros.
Las medidas que diversos gobiernos han tomado para solucionar el histórico conflicto en La Araucanía y apaciguar las protestas de los mapuches han sido parciales, limitadas generalmente al ámbito económico y por ello no han sido eficaces para resolver el problema. Se requiere de un enfoque que cubra no sólo las legítimas ambiciones económicas de este pueblo, sino que también les permita recuperar su identidad y valorizarla ante los ojos del resto de la sociedad global de hoy, multicultural y diversa.
En La Araucanía ya existe una oferta de etnoturismo en varias localidades y zonas de la región, pero ella es todavía incipiente comparada al potencial existente.
Por lo mismo, sería útil que, en las actuales negociaciones que lleva adelante el gobierno, se incluyera seriamente la variable turismo, como uno de los ejes centrales que pueden sacar a los mapuches de su olvido.
Es necesario dotar a La Araucanía de un Plan Integral de Desarrollo, en el que el turismo juegue un papel central y decisivo, y luego implementar con decisión el Plan, con todos los apoyos e incentivos técnicos, financieros, de capacitación, de ordenamiento territorial, de conservación y restauración patrimonial, de regulación y de promoción que un desarrollo sustentable del turismo necesita.