¿Cómo avanzar en la Estrategia Nacional del Hidrógeno Verde?
Eduardo Bitran Académico de Universidad Adolfo Ibáñez
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Eduardo Bitran
Con el fortalecimiento de la acción climática post pandemia e incentivado por la crisis energética derivada de la invasión rusa a Ucrania, se acelera el esfuerzo por desarrollar proyectos de hidrógeno verde a nivel global.
En el desarrollo de este mercado existen fallas de coordinación. La creación de demanda requiere innovación e inversión, que en ausencia de una oferta estable y competitiva de hidrógeno verde no se materializa. Por su parte, concretar proyectos de gran escala requiere asegurar demanda y obtener múltiples autorizaciones y permisos ambientales que implican elevado riesgo de inversión.
“Aprovechar la ventana de oportunidad de generar una industria orientada a la exportación indirecta requiere medidas inmediatas para enfrentar la competencia global”.
El lanzamiento del “Inflation Reduction Act” (IRA) por Estados Unidos es la iniciativa más ambiciosa y decidida para enfrentar las fallas de coordinación en este mercado. Establece un subsidio a la producción los primeros cinco años de hasta US$ 3 por kilogramo de hidrógeno verde. Unos meses antes, Canadá había lanzado un crédito tributario de 40% a la inversión con el objetivo de aprovechar su potencial hidro eléctrico en la producción de hidrógeno verde.
La Unión Europea respondió con un fondo de hasta 700 mil millones de euros para apoyar con créditos a proyectos que avancen en la estrategia “Net Zero”, en que el hidrógeno verde lleva ventaja. Y Australia, un competidor de Chile en el mercado de exportación, estableció un mecanismo de subsidio a la producción para los tres primeros proyectos hasta completar un 1 GW de capacidad de electrolizadores.
Chile, con el atraso en establecer líneas base ambientales y ordenamiento territorial, y las dificultades que esto implica en la obtención de permisos ambientales que aumentan el costo de financiamiento y las barreras regulatorias para acceder a la transmisión eléctrica, tendrá dificultades para posicionarse como exportador líder.
Chile tiene los mejores recursos energéticos renovables. La posibilidad de aprovechar la ventana de oportunidad de generar una industria de exportación y orientada a la exportación indirecta -que sólo sería superada por el cobre- requiere medidas inmediatas para enfrentar la competencia global.
No se debe reinventar la rueda, basta seguir el ejemplo de Australia. Para los tres primeros proyectos que completen 1GW de inversión en electrolizadores, con un tamaño mínimo de 300 MW, que tengan avances sustantivos en todos los ámbitos y que puedan estar en operación al 2027, otorgar a través de CORFO una garantía financiera con un componente de préstamo condicionado y una invariabilidad tributaria por 15 años.
El desarrollo de esta industria verde, de exportación directa y como insumo para otros sectores exportadores, como la minería, alimentos, salmones y forestal implicaría la creación de más de 200 mil empleos de calidad, aportando significativamente a nuestra estrategia de sofisticación exportadora y metas de descarbonización.