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Columnistas

Aterrizando en la elite empresarial colombiana

Por: Equipo DF

Publicado: Jueves 24 de enero de 2013 a las 05:00 hrs.

“Lo más difícil es acostumbrarse a las diferencias en la velocidad”. “Cuesta entender cuándo te están diciendo que no”. “Les parecemos fríos y distantes”. Son algunos de los comentarios que se repiten entre amigos chilenos que trabajan en Colombia o que han tenido la experiencia de trabajar con ejecutivos de esta nacionalidad. Y cada vez serán más. El país cafetero constituye el cuarto destino de los capitales chilenos con una inversión que superó los US$ 7.000 millones en los últimos dos años.



Las explicaciones del atractivo de Colombia para los chilenos son múltiples y entre ellas se suele mencionar una cierta similitud entre ambas culturas de negocios. Si bien éste es un excelente punto de partida que ha permitido a decenas de empresas chilenas desarrollarse con éxito allá, existen también ciertas diferencias que pueden significar que el aterrizaje en la elite empresarial colombiana no sea tan fluido como se esperaba.

En primer lugar, el estilo de liderazgo es distinto. El ejecutivo colombiano es más cercano, familiar y cálido. También es más energético y optimista. Los colombianos, al igual que la mayor parte de los latinoamericanos, son más gozadores y alegres que los chilenos y valoran mucho la calidad de vida. Desarrollan relaciones laborales más horizontales y se atreven más a desafiar a la autoridad sin dejar de lado el respeto.

La comunicación presenta diferencias. A los chilenos les parece que son poco directos y que les cuesta decir que no. Nos pueden parecer lentos en la toma de decisiones y que se dan demasiadas vueltas para cerrar los temas. Adornan más sus mensajes y se expresan de un modo que nos parece en exceso “políticamente correcto”.

En tercer lugar, la ascendencia social, los contactos y las relaciones siguen teniendo mucho peso en la sociedad colombiana. El colegio, los antepasados, la membresía a determinados clubes, siguen siendo factores de peso a la hora de contratar ejecutivos o cerrar un negocio. Creo que Chile ha abierto mayores espacios a la meritocracia.

A la hora de liderar, reclutar y evaluar a los ejecutivos colombianos, es conveniente saber escuchar, respetar y valorar estas diferencias. El peor error que han cometido algunos empresarios chilenos ha sido pretender regir allá las cosas con los parámetros de Chile, sin considerar las distintas costumbres. Hay que comprender que allá las relaciones personales son mucho más importantes a la hora de hacer negocios, que los ejecutivos están menos dispuestos a sacrificar su descanso y que la pulcritud y elegancia del lenguaje juega un rol importante.

Por último, me gustaría destacar la importante participación de las mujeres en el mundo de los negocios. En Colombia son más las mujeres que se forman y perfeccionan en el extranjero, así como las que ocupan cargos directivos y gerenciales dentro de las empresas.

Colombia tiene aspectos del pasado de la sociedad chilena que en gran medida nosotros ya hemos dejado atrás, pero también presenta rasgos de la sociedad chilena del futuro, de esa que soñamos y que ya estamos construyendo, con importantes logros como la alta participación femenina en cargos ejecutivos y la descentralización regional en el desarrollo económico. ¡Hacia allá vamos!

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