El 31 de diciembre de 2012 dejará de regir el convenio para evitar la doble tributación con Argentina. Sin embargo, más allá de 2012 seguirá vigente otro convenio, referido al intercambio de informaciones tributarias, que debiera tener en cuenta quien quiera cruzar los Andes para hacer negocios. Éste permite intercambiar información, no sólo referida al impuesto a la renta, sino al IVA y a los impuestos al tabaco y al combustible. O sea, su ámbito de aplicación es más amplio que el del convenio próximo a expirar, que sólo afectaba los impuestos a la renta y al patrimonio.
Dicho convenio faculta a las administraciones tributarias de Chile y Argentina para solicitar información sobre los negocios o actividades que cualquier persona o entidad realice al otro lado de la Cordillera, no importando si es residente o nacional chileno o argentino. Esta amplitud es frecuente en los acuerdos de intercambio de información, pero adquiere especial relevancia, en el caso de Argentina, que cada día impone mayores restricciones y controles sobre sus residentes y que, por lo mismo, está muy interesado en recolectar información de lo que sucede más allá de sus fronteras.
A lo anterior, debemos agregar que cualquier información sobre negocios celebrados por un residente chileno en Argentina o viceversa, puede comunicarse automática o habitualmente al gobierno del otro país y que, si las autoridades de ambos países lo estiman conveniente, se puede iniciar un proceso de fiscalización simultánea sobre un contribuyente a ambos lados de la Cordillera. Hasta ahora, esta red de control ha funcionado de forma intermitente, porque el convenio para evitar la doble tributación inhibía su aplicación, al eximir de impuesto a las rentas provenientes del otro país. Sin embargo, a partir de 2013, ambos Estados recuperarán su potestad de gravar las rentas de fuente transandina, despertando el interés de ambos países por saber qué hacen sus residentes al otro lado de los Andes.
Como se ve, con la denuncia del convenio, los residentes de cada país perderán las franquicias que los beneficiaban hasta ahora, pero seguirán sujetos a un estricto régimen de control conjunto, que probablemente se vuelva más activo bajo las nuevas reglas, lo que, en cualquier caso, es una realidad preocupante para los contribuyentes.