Aplicaciones de transporte y regulación adecuada
Felipe Simonsohn Presidente de la Asociación Chilena de Plataformas de Movilidad A.G.
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Felipe Simonsohn
Lo que comenzó como una propuesta de Ley corta en 2016, hoy, cuatro años después, sigue a la espera de avances en su segundo trámite en el Senado. La promulgación de la ley que regula a las Empresas de Aplicaciones de Transportes o Ley EAT, toma fuerza en medio de un importante, aunque lento proceso de reactivación económica, y esperamos que el avance en su aprobación esté ligado a condiciones justas y equilibradas, sin las barreras de entrada e indicaciones descontextualizadas que parlamentarios y Gobierno pretenden implementar.
La serie de procedimientos administrativos que van desde la creación de un registro electrónico, requisitos para licencias y vehículos, al congelamiento del parque automotriz, entre otras indicaciones, constituyen un freno artificial para quienes proveen servicios de ride hailing y que ven en éste una solución temporal frente al desempleo actual. Por lo mismo, es que consideramos de vital importancia flexibilizar ciertos puntos para que todas las personas puedan seguir generando ingresos frente a un panorama local y mundial de latente y profunda crisis económica.
Urge que desde el Gobierno -una vez que esté aprobada la ley- se modernicen los trámites para agilizar procesos que las personas deberán realizar. Ejemplo de ello: la tramitación de licencias profesionales, donde los usuarios conductores tendrán que hacer una gran inversión para obtenerlas, tanto económica como de tiempo. Sin duda, exigencias e imposiciones impactarán directamente en un aumento en las tarifas de los servicios, debido a la menor disponibilidad de usuarios conductores y por otra parte un crecimiento en los desempleados que no podrán acceder a generar ingresos conduciendo sus vehículos.
El estancamiento de la ley en el Senado ha sido un tema de preocupación para el gremio, que incluso, en tiempos de pandemia, al no tener una regulación establecida en la realización del servicio, dejó a miles de personas de brazos cruzados sin fuente de ingresos debido a las restricciones por cuarentena y sin poder aprovechar una de las pocas herramientas a su alcance que les permitiesen llevar sustento a sus hogares.
Es de vital importancia, tanto para las personas que ganan su sustento diario con alguna plataforma de movilidad, como también para el Estado, encontrar un punto de equilibrio en el avance de la Ley EAT, con la finalidad de cerrar un capítulo que se arrastra por años y que nos permitirá, dado el contexto actual, aportar desde una economía colaborativa a que miles de chilenos puedan salir adelante a través de la tecnología.
La regulación de las aplicaciones de transportes ha sido tema de discusión obligado en varios países de América Latina, y por lo mismo, tenemos la oportunidad única de marcar un precedente en la región para avanzar con una regulación flexible y adecuada, pero principalmente, en una regulación que vaya en beneficio de las personas y las ciudades.