América Latina en 2011
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Este año combina recuperación económica generalizada unido a diversidad política. En temas de seguridad, se acentuará la diferencia entre América del Sur respecto a México y Centro América.
Las expectativas son positivas para la mayoría de los países. Recuperados relativamente pronto de la crisis subprime, muchos emergen más acoplados a las locomotoras asiáticas. Institucionalmente se percibe una mayor consolidación democrática en la región (no exento de reventones como la rebelión policial ecuatoriana), pero en muchos países penan fuerte los pendientes de un Estado que combata a fondo la corrupción. La región se manejó bien en la crisis, un riesgo es su dependencia de los commodities, y un retorno a una oferta exportadora reducida. En muchos países, especialmente los más grandes, se está operando un fenómeno sociológico: crece la clase media, y con ella los grandes centros consumidores. Momento de gloria para el retail y buena parte de la industria de servicios. La América Latina campesina, con familias pobladas de hijos, en muchas partes está dando paso a clases medias urbanas, más escolarizadas -aunque con notorias diferencias entre educación pública y privada. Desgraciadamente, las grandes urbes tienen índices complicados de seguridad. En materia de equidad, la región mantiene un pendiente.
En una economía global con zonas aún convalecientes, especialmente en Europa y en menor medida Estados Unidos, América Latina surge como una zona de creciente estabilidad, con abundantes recursos naturales y proveedora de alimentos. Esto es atractivo para la inversión externa y también para el incremento de la demanda de nuestras exportaciones. En cuanto a elecciones, en mayo tendremos la primera vuelta presidencial en Perú. Todo indica que entre Keiko Fujimori, Toledo y Castañeda saldrán los que irán a la segunda vuelta. Lo seguro es que el APRA no continúa en el poder. Eso sí, el modelo económico no es cuestionado mayormente. A fines de año también concurren los argentinos a las urnas y, salvo milagros, la presidenta Cristina Fernández tiene asegurada su reelección. Argentina dejó atrás los tiempos del corralito, del que se vayan todos y detenta un sostenido crecimiento consolidando una estabilidad económica y política, aunque la inflación puede ser un problema. Los mexicanos entrarán en un período preelectoral, en un país salpicado por las consecuencias de la lucha contra el narcotráfico. El PRI emerge renovado y con el gobernador Enrique Peña Nieto encabeza ampliamente las encuestas. El PAN se ha desgastado y el PRD, si persiste en postular a López Obrador, tiene asegurada su derrota. El tema no sólo es de seguridad, también es económico. México sufre más que otros, los vaivenes de la economía estadounidense a la vez que resiente las importaciones asiáticas, especialmente las chinas. En medio de un generalizado desconcierto surgen propuestas renovadoras como la que levantan Héctor Aguilar Camín y Jorge Castañeda. 2011 será también el primer año de Dilma y todo indica que la continuidad será su sello, por lo demás, el portaviones brasileño ya despegó hacia las ligas mayores y su rumbo no es fácil de modificar. El presidente Santos se consolida como uno de los de mayor apoyo en la región y en Venezuela asistimos a los primeros pasos de una nueva situación, con una fuerte oposición legitimada en el Congreso, de cara a las elecciones de 2012. La seguridad es un tema: mientras en México y buena parte de Centro América y el Caribe se ha transformado en un grave problema (debido a los carteles de la droga y las maras), en Sudamérica la seguridad es particularmente un problema de las grandes urbes y de las zonas vinculadas al narcotráfico. En Colombia, los índices han mejorando sustantivamente y éste puede ser el momento histórico en que termine el conflicto.
En suma, 2011 asoma prometedor para América Latina. Pero debe avanzar en seguridad, infraestructura, equidad y seguir fortaleciendo su institucionalidad.