El pasado 19 de marzo celebramos a San José, patrono de los trabajadores y de los padres de familia. La imagen de padre está bastante deteriorada. Los abusos, la irresponsabilidad, la falta de madurez para abordar la tarea paterna, se multiplican peligrosamente. Me encuentro con mucho joven abandonado, con un débil referente masculino. Muchos niños viven solo con la madre, una tía o abuela. La imagen paterna es un desastre para ellos. Espero que las generaciones jóvenes tomen en serio su futura responsabilidad y sean buenos referentes para sus hijos.
Mañana martes 25, fiesta de la Anunciación del Señor, celebramos el día del niño que está por nacer. Se decretó el día de los derechos del “nonato” y de paso, día para tomar conciencia del apoyo a las madres en situación de riesgo.
De poco sirve el combate contra el aborto si no va a acompañado de un fuerte y decidido apoyo a la vida, con medidas concretas, vale decir, plata. En esto de defender la vida nos podemos llenar la boca pero, al final, se trata de ser más generosos y adoptar medidas inteligentes que hagan del embarazo, de la maternidad, un regalo y no una suerte de infierno como lo es para muchas mujeres en esta copia feliz del edén. La mejor campaña contra el aborto será dar herramientas a las mujeres embarazadas para poder vivir un embarazo feliz, seguro, y tener una lactancia sin sobresaltos. Algo se ha avanzado. Existe un derecho a un descanso pre y postnatal. A ello se suma un mejor seguimiento en el embarazo y posterior al parto. El mejoramiento e implementación de salas cuna es también un avance. Existe algo de mayor apoyo a madres primerizas, aunque debería ser mucho más.
A pesar de las campañas de apoyo a la maternidad, las tasas de nacimiento no aumentan. Somos un país mezquino con la maternidad. Se comprende el temor de muchas mujeres al embarazo y el de muchas familias a aumentar el número de sus miembros. Estamos entrando en un nivel de envejecimiento poblacional peligroso. En algunos lustros más, sufriremos los efectos de una población envejecida.
Es de esperar que aumenten las ayudas a las mujeres embarazadas y con ello la conciencia de que el niño por nacer es responsabilidad de todos. Felicito aquí a todas las mujeres y jóvenes embarazadas que, a pesar de la falta de apoyo, la incomprensión y abandono de sus parejas, la desidia, cinismo y desdén de su entorno, siguen adelante con su embarazo. Han apostado por la vida. Demuestran gran coraje, optimismo y valor. Renuevan el amor a la vida y merecen toda nuestra comprensión y apoyo.