Las autoridades y la industria bancaria chilena han tenido una permanente preocupación para que los medios de pago dispongan de los mayores estándares tecnológicos de la industria mundial. Es así que nuestro país actualmente presenta altos niveles de uso y aceptación de las tarjetas de crédito y débito y de los más bajos índices de fraude del mundo.
Como una nueva iniciativa para profundizar los logros descritos, la banca ha iniciado la migración de sus tarjetas para que operen con tecnología de microcircuito -chip- en el comercio nacional e internacional y en los cajeros automáticos, con lo cual se robustece la autentificación de las tarjetas y de la identidad de sus usuarios.
Los países europeos han sido pioneros en la incorporación de esta modalidad y desde ahí se ha ido expandiendo con el apoyo de las correspondientes marcas y asociaciones internacionales. En América Latina, el liderazgo lo ha asumido Brasil, en un proceso de migración que lleva ya varios años, y aún continúa, siendo ahora Colombia y Venezuela países que al igual que Chile cuentan con un proyecto país de migración. Ello sitúa a la banca de Chile en una posición relevante, considerando que Estados Unidos recientemente inició el proceso de adecuación de la red de cajeros automáticos y terminales de puntos de ventas para leer tarjetas con chip, previéndose para el período 2015-2017 un proceso gradual de aplicación de acuerdos de responsabilidad ante fraudes.
La banca de Chile se encuentra en plena implementación de este desafío. Actualmente esta tecnología se está desplegando en las tarjetas y equipamientos de punto venta. Es así como cinco bancos locales han anunciado que ya iniciaron la emisión de tarjetas con Chip y los restantes están en su proceso de certificación para dicho objetivo; 36.000 puntos de venta en establecimientos comerciales que ya aceptan estas tarjetas y gran parte de los cajeros automáticos están adaptados.
Esta nueva tecnología utiliza el estándar EMV (Europay, MasterCard y Visa) que posee especificaciones para el microcircuito que debe contener la tarjeta, así como las definiciones de cómo operar los terminales del comercio y cajeros automáticos. Esto asegura la interoperabilidad global de estos plásticos y permite contar con las últimas actualizaciones que se presenten en el futuro.
El gran atributo de lanzamiento que esta modalidad ha tenido en otros países ha sido “Pin and Chip”. En Chile, dado el exitoso proyecto “PinPass” y el uso de clave secreta, es esperable que en la población esta nueva modalidad de transacción tenga un alto grado de aceptación.
Dentro de sus atributos, esta tecnología también es un mitigador de la posible clonación de las tarjetas porque dispone de un microcircuito que se adosa al plástico y permite mejorar sustancialmente la autenticación del plástico y su titular. El chip es leído por el terminal del comercio o del cajero y se transmite al servidor central que analiza su criptografía.
Estamos enfrentados a un mega proyecto, el cual contempla a lo menos un nuevo proceso de emisión y personalización de tarjetas, modificar las plataformas de autenticación y autorización centrales, crear los sistemas de análisis de criptograma, adquirir y desplegar el hardware y software en los equipamientos de punto de venta del comercio y de los cajeros, definir y monitorear los parámetros de riesgo, contar con las certificaciones de las asociaciones de pago para cada uno de los puntos anteriores e implementar un plan detallado de entrenamiento y capacitación a clientes y usuarios de esta nueva tecnología.
El futuro del chip en los medios de pago ofrece un mundo de posibilidades no sólo vinculadas a la seguridad de las transacciones. Por lo pronto, permite que el medio de pago además de estar en la tarjeta, sea contenido en distintos dispositivos, por ejemplo en un teléfono celular o en un reloj, llavero u otros accesorio portable por los usuarios. Además, dependiendo de la capacidad de almacenamiento que posea, se pueden grabar datos de puntos de programas de lealtad, antecedentes demográficos y otros que los nuevos negocios vayan requiriendo.
Tenemos el honor de informar que el chip en las tarjetas de crédito ha llegado a Chile y el inicio de su masificación ha comenzado a toda velocidad durante 2013.