El gobierno de Chile y el Estado de California renovaron el Convenio de Colaboración firmado en 2008. El hecho confirma la consolidación de esta iniciativa impulsada por la Cancillería chilena, cuya meta es conectar a nuestro país con el polo de desarrollo tecnológico más relevante del mundo y aprovechar las similitudes entre ambos territorios para un beneficio común.
Este acuerdo de colaboración público - privado tiene como objetivo facilitar la transferencia cultural, tecnológica y de conocimientos en áreas sensibles para el desarrollo de Chile, tales como la formación de capital humano avanzado, innovación, emprendimiento, ciencia aplicada y sustentabilidad. Pretende, además, entregar ciertas luces sobre los pasos que ha dado California para transformarse en una de las sociedades más creativas, inclusivas y emprendedoras del planeta. Un desafío que Chile aspira alcanzar.
A cinco años de su lanzamiento, el Plan Chile California demuestra importantes ventajas que le permiten actuar ágil y estratégicamente en pos de su misión: cuenta con amplio y transversal apoyo en los gobiernos de Chile y California; ha adoptado la institucionalidad de una organización sin fines de lucro bajo las leyes de California; tiene un selecto grupo de 30 consejeros ad honorem, de alto perfil y que representan áreas e industrias clave para el desarrollo de Chile; y, finalmente, la buena reputación que tiene en Silicon Valley le permite apoyar la inserción y formación de emprendedores y académicos en un ambiente altamente competitivo.
En el marco de este convenio se han concretado alianzas que han permitido conectar a Chile con el principal centro de innovación del mundo. Es así como el gobierno, a través del Ministerio de Economía, recientemente firmó un acuerdo con la Universidad de Berkeley, el que se suma a las alianzas vigentes con: MIT y las universidades de Stanford, Harvard y Columbia. Estas alianzas permiten conectar la academia chilena con los principales centros de investigación mundiales.
El Plan Chile California es el primero de Sudamérica en su tipo. Sus fortalezas, además de validar la visión e iniciativa de la Cancillería Chilena, imponen nuevos desafíos para incrementar el intercambio cultural y económico, y expandirse a nuevas áreas como biotecnología, astronomía, energías renovables, conservación de flora nativa y tantas otras con afinidades entre Chile y California. La renovación de este convenio permite a nuestro país proyectarse como un claro referente en política internacional y avanzar optimista en los desafíos futuros.