Resabios de octubrismo
Señor Director:
En el cuarto aniversario de la revuelta del 18 de octubre, la mirada con distancia pareciera favorecer a aquellos que ese mismo día advirtieron del carácter subversivo y perjudicial. Y aunque hay señales de que el “octubrismo” se ha debilitado, es claro que queda un largo camino por recorrer.
El octubrismo no se reduce al uso de la violencia, el desorden público y la destrucción de bienes materiales. También es una opción por el quiebre de confianzas y de desprestigio a los arreglos institucionales que fueron cruciales para el progreso social de Chile.
Los políticos de todo el espectro optaron por la demagogia y el estatismo, promoviendo políticas públicas que desmontaban el “modelo” en nombre de avances sociales que nunca llegaron, y que incluso agudizaron los males que se pretendían solucionar.
La crisis social y económica que se extiende en el país exige recuperar la seriedad y el rigor. Atender a las urgencias sociales exige reformas profundas, que dirijan adecuadamente los recursos del Estado en favor de los sectores más vulnerables y devuelvan a Chile en el rumbo del desarrollo económico para ampliar las oportunidades de las personas. Son desafíos complejos pero ineludibles para terminar con la pesadilla octubrista.
Jaime Tagle
Investigador Instituto Res Publica