¿Quemar buses ya es rutina?
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Señora Directora:
A inicios de la semana pasada ocurrió otro acto de violencia contra un bus del transporte público en la comuna de Pedro Aguirre Cerda. Este se suma a la lista de más de 40 máquinas destruidas este año. En todo el 2021 fueron 32, en 2020 un total de 66 y en 2019, con estallido social, los buses incendiados fueron 68. Pareciera que estos hechos se están normalizando y tienen poca prioridad en la agenda política.
Cuando los vándalos incendian, piensan que dañan a las grandes empresas, pero en verdad afectan a los ciudadanos que no tienen muchas otras alternativas de traslado. Santiago y nuestra gente no se pueden dar el lujo de perder más buses.
Las entidades financieras extranjeras y nacionales que financian esta compra hoy tienen menor incentivo de participar en licitaciones. Y quienes financian, lo hacen a mayor tasa de riesgo y con mayores garantías, lo que se traduce en un encarecimiento relevante del sistema de transporte público.
Para conocer las identidades de los delincuentes se deben crear canales de denuncia anónimos, además de mayor coordinación de las policías, aumento de cámaras de vigilancia y más recursos a la Policía de Investigaciones.
Si los hechos delictivos siguen creciendo no va a existir interés de empresas ni de fondos de inversión que estén dispuestos a financiar el transporte público, como tampoco de compañías aseguradoras que se sumen a cubrir estos bienes de alto riesgo.
Francisco Rodriguez Bustos
Director Ejecutivo FR Group
