¿Cómo en verdad apagar los incendios?
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Señora Directora:
La forestación del Sur partió en la década de los 50, cuando por ley se incentivó la plantación de árboles para revertir la erosión. Fueron muchos los empresarios que estuvieron dispuestos a invertir por 20 años, antes de poder cosechar un solo árbol. El resultado: una gran industria de la madera, con trabajos de calidad, impuestos y progreso en sus regiones. Una virtuosa alianza pública-privada.
Recientemente y con apoyo político transversal se cambió la ley que regula el robo de madera. Esto fue clave para detener a siete bandas conocidas en la Macrozona Sur. Probablemente este éxito ha traído represalias, y habrá algunos pocos que si no los pueden robar entonces los van a quemar.
Los bosques de eucaliptus o de pino no se queman más rápido que los nativos, los seguros no cubren ni el 20% del costo y las mismas empresas afectadas han apagado múltiples incendios propios y de terceros. Pero evidentemente el país no está preparado para múltiples daños intencionales.
Es el Estado el que debe tener la convicción de frenar la destrucción insensata de lo que tanto nos ha costado construir, reestableciendo el orden y la seguridad. Su gremio, Corma, alertó desde temprano, pero es el Estado el que debe hacer lo suyo, y con ello no solo apagar incendios, sino que retomar esa alianza virtuosa tan necesaria para que más empresas inviertan y desarrollen Chile.
Felipe Irarrázaval O.
Consejero Sofofa
