Balance económico y perspectivas para 2016
Señor Director:
Al cerrar el 2015, y al igual que el año pasado, la economía chilena se mantiene en la fase contractiva del ciclo económico iniciada durante el cuarto trimestre del 2013, creciendo apenas en torno al 2,0%. Por segundo año consecutivo, la tasa de inflación anual es del orden del 4,4%, fuera del rango meta del Banco Central de Chile (2,0 a 4,0%), algo que no se veía desde 1989 cuando logró su autonomía.
La peor combinación que se puede dar en macroeconomía para cualquier país, pues tiene efecto directo sobre el bienestar. Más complejo aún, en los planos interno y externo, no hay elementos que nos hagan presumir que en el 2016 superaremos esta situación, por lo que es muy posible que el país mantendrá una actividad económica alicaída, con presiones inflacionarias por el lado cambiario.
En el plano interno destaca la crisis de confianza por la cual atraviesan los agentes económicos, congelando decisiones de consumo e inversión, a pesar de las buenas intenciones de Hacienda. La tasa de desempleo se ha mantenido baja (6,5%) gracias a los trabajadores por cuenta propia y a la evolución de la fuerza de trabajo, y lo más seguro que subirá al 7% para no bajar.
Y en el externo, nos afectará la menor actividad económica de países emergentes como China, Rusia y Brasil, a pesar de la recuperación de países desarrollados como EEUU, Alemania, Francia y España.
Se debe reconocer que el país tiene severos problemas de productividad total de sus factores productivos, es decir, no lo que aportan físicamente y en forma aislada cada uno de ellos, sino en forma conjunta. No somos capaces de invertir y adaptar nuevas tecnologías disponibles. Invertimos en innovación del orden del 0,3% del PIB, es decir, la décima parte de los países desarrollados.
Lo que es peor, promovemos reformas que apuntan a restarle flexibilidad al mercado laboral. Y cuidado con los grandes equilibrios macroeconómicos pues, si bien se mantienen en lo grueso, existe una tendencia a su deterioro producto del mayor gasto público y el mayor nivel de endeudamiento externo.
Mario Valenzuela
Vicedecano Facultad Economía y Negocios
U. San Sebastián
Encuestas y la voz de la gente
Señor Director:
Los últimos días he escuchado y leído comentarios periodísticos acerca de que según la última encuesta CEP la gente estaría mucho más preocupada (un 58%) por asuntos relacionados a la delincuencia que por los relacionados a la reforma constitucional (un 5%), para intentar mostrar que una reforma constitucional tiene poca importancia para la mayoría.
Esta revisión de los datos, si bien es rigurosa, pues alude al resultado duro de la encuesta, carece de análisis y es errónea en el fondo, pues en la misma encuesta al ser consultada por asuntos relacionados a los derechos humanos fundamentales ligados a la educación, el trabajo, la salud y la pobreza, la gente sí se muestra bastante interesada y preocupada en cifras porcentuales que están entre un 21% y un 44%.
Así las cosas, lo que muestra la encuesta CEP es que en realidad la gente sí se encuentra interesada en un proceso de reforma a la constitución que, entre otros, perfeccione y garantice el acceso universal a los derechos humanos fundamentales.
Luego, vale la pena detenerse a leer con más atención los resultados de las encuestas, y además revisar la calidad de las encuestas que se realizan y la forma que cada organización, y la prensa en general, tiene de mostrar sus resultados.
Juan Luis Hernández Viera
Ingeniero Civil UC
Terapia del taco
Señor Director:
Tomar firme el volante, mirar el enorme taco adelante y decir varias veces: soy parte de esto y también soy culpable. Solo luego, podremos ser parte de la solución o, simplemente, disfrutarlo...
Gabriel Guiloff