Familia, empresa y formación moral
Señor Director:
La comisión propuesta por la Unión Social de Empresarios Cristianos (USEC), que buscará realizar un aporte al mejoramiento de los estándares éticos en el medio empresarial, es una buena oportunidad para enfrentar las malas prácticas que hemos presenciado durante el 2015 en el ámbito político y empresarial. Sin olvidar, que en última instancia las responsabilidades son siempre individuales, lo cual no implica desconocer la influencia que ejercen en nuestro comportamiento ciertas instituciones, como la familia o la universidad.
Que los padres sean los primeros educadores implica, entre otras cosas, que ellos son responsables de la formación moral de sus hijos, al menos hasta cierto límite y/o edad.
Si bien no podemos culpar a los padres de los actos propios de sus hijos, no es menos cierto que la presencia de padres preocupados de formar adecuadamente la conciencia moral de sus hijos minimiza el riesgo de actuar mal. Del mismo modo, en aquellas universidades que preparan a los futuros hombres y mujeres de negocios, para ser unos “winners” a cualquier costo, aumenta el riesgo de que estos actúen moralmente mal. Si no se enseña que la ética está en el ADN de los negocios, la probabilidad de actuar inmoralmente es alta.
No culpemos al “modelo” de las malas prácticas, preocupémonos más bien de formar rectamente nuestra conciencia moral y de fortalecer a la familia. Esto es el mejor antídoto para la corrupción.
Eugenio Yáñez
Académico Universidad Adolfo Ibáñez
Vocero Voces Católicas
Derechos de los niños
Señor Director:
Las niñas y niños son titulares de todos los derechos que garantiza la Declaración Universal de Derechos Humanos y las convenciones y tratados a los que Chile ha adherido.
No obstante, a la luz de los resultados de la última Casen, la infancia es sin lugar a duda el grupo que manifiesta mayores condiciones de pobreza y exclusión. Asimismo, al analizar la realidad de adultos y jóvenes infractores de ley en sendos estudios apoyados por Fundación San Carlos de Maipo, hemos podido detectar que cuando existen condiciones de exclusión en edades tempranas, surgen factores de riesgo que potencian conductas antisociales y desencadenan trayectorias delictivas.
Por ello junto con la declaración por parte del gobierno de un presupuesto 2016 “centrado en las personas”, el anuncio del envío al Congreso del Proyecto de “Sistema de Garantías de Derechos de la Infancia” parecía ser un primer paso altamente necesario de priorización en materia de políticas públicas.
Sin embargo, al revisar la iniciativa enviada a la Cámara, observamos que se congelan o reducen recursos destinados a aspectos claves de cobertura estructural.
El contar con un mandato de austeridad no tiene por sí mismo que significar congelar aquéllas partidas que son relevantes para impactar positivamente en la realidad de la infancia vulnerada, más bien dirige el desafío de avanzar en programas eficientes, de calidad, con evidencia de impacto. A la vista de los antecedentes queda de manifiesto que no hay avances significativos en reducir las brechas existentes en estos grupos prioritarios de mayor vulnerabilidad.
Es por ello que en el día internacional de la declaración de los derechos humanos instamos a la sociedad y en particular al Estado a hacerse cargo de reducir las brechas en materia de infancia que afectan a más de un millón de niños que nacen en pobreza y exclusión para poder sostener que nuestro compromiso es efectivo y no queda en el ámbito de las declaraciones.
Marcelo Sánchez
Gerente general de Fundación San Carlos de Maipo
Elemental
Señor Director:
Sabemos dónde se cometerá el crimen. Sabemos el día y la hora en que se cometerá. Sabemos quiénes lo cometerán. Pero no podemos resolver el abstruso misterio de la violencia en los estadios. ¡Sherlock, revuélcate en tu tinta!
Gabriel Guiloff