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Cartas

Cartas al Director

Por: Equipo DF

Publicado: Lunes 5 de octubre de 2015 a las 04:00 hrs.

Desempleo

Señor Director:
Los resultados a nivel de desempleo según las fuentes gubernamentales no denotan el escenario de franca desaceleración que muestra la economía nacional, ya que por ejemplo se anuncia que los ocupados aumentaron en un 2,3% durante los últimos 12 meses. Por tal motivo, surgen dudas en torno a la capacidad de la nueva metodología utilizada para registrar los ocupados y desocupados de nuestra economía.
Se considera como ocupado, según el glosario de la encuesta utilizada, "todas las personas en edad de trabajar que durante la semana de referencia, trabajaron al menos una hora, recibiendo un pago en dinero o en especie, o un beneficio de empleado/empleador o cuenta propia", concepto que difiere de empleos más formales y del que cualquiera que lee las cifras podría deducir.
Por otra parte, se es desocupado cuando las personas "no tuvieron un empleo durante la semana de referencia, buscaron uno durante las últimas cuatro semanas y están disponibles para trabajar en las próximas dos semanas". Este concepto utilizado en la nueva metodología difiere del empleado en la anterior, donde se definía al desocupado como aquél "que no estaba trabajando en la semana anterior a la toma de la encuesta". Al agregarse una mayor cantidad de requisitos para ser desocupado, tiendo a pensar que las cifras de desocupados de hoy no son comparables con las de antaño, así como también que las cifras de desempleo finalmente tienden a ser más optimistas o contraídas que la realidad. Sería del todo relevante poder contar con información comparable a fin de concluir la situación real del empleo.

Piero Moltedo Perfetti, Economista Universidad Santo Tomás.

Educación cívica

Señor Director:
Una reciente propuesta de reforma constitucional plantea establecer el deber del Estado de promover la educación cívica. Al igual que cuando se planteó introducir una nueva asignatura, se habla de "educación cívica" y se justifica su emergencia por la caída en la participación electoral y la actual crisis de confianza en políticos e instituciones. Se olvida que la educación cívica es una fórmula ya superada por el currículo chileno y la literatura internacional. No en vano hoy se habla de formación ciudadana, para diferenciarla de la tradicional educación cívica.
Además del conocimiento de las instituciones y la formación en los valores laicos y republicados de los que hace gala la propuesta, es necesario mantener una mirada amplia sobre los medios de participación y las formas en que los ciudadanos se relacionan con las instituciones y el espacio público.
Hoy las elecciones, instancia fundamental de democracia, son sólo una de las opciones de participación ciudadana que deben promoverse. Los mecanismos de democracia semi-directa, las experiencias participativas en los gobiernos locales, el buen uso de los derechos de reunión y manifestación, las encuestas deliberativas o las organizaciones sociales, entre otras, deben integrar la educación.

Dr. Rosendo Martínez, Núcleo de Investigación en Educación Universidad Andrés Bello.

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