Forma y fondo
Señor Director:
Diferentes reacciones han tenido las palabras de nuestro contralor general, que aunque haya dicho que fue descontextualizado, tal vez en la forma, pero en el fondo las expresó.
Las autoridades de gobierno y el mundo político en pleno han dado sus opiniones y, como era de suponer, cada uno se alineó detrás de sus tendencias político-partidistas: la Nueva Mayoría las condenó, la Alianza -o lo que queda de ella- las apoyó y otro grupo sin comentarios… Pero si algo dejan las palabras del señor Ramiro Mendoza es la seguridad que todas las personas tienen una opinión muy clara de los hechos que él aludió en su charla, en especial el mundo político y más precisamente la NM, porque tal vez la forma no fue la mejor, pero en el fondo sus palabras tienen mucho de verdad y como fueron sin aviso y sin anestesia, causaron escozor. Pero todas sus críticas han sido citadas hasta la saciedad por gran parte de la ciudadanía de diferentes formas y no es necesario ser o no ser partidario del gobierno de turno; es un asunto país, de cómo se están haciendo las cosas, poner a Chile por encima de todo, dejando de lado los justos intereses personales y partidistas, los chilenos lo requieren.
De seguro muchos en “comentarios de pasillo” le encontraron toda la razón, pero ante las cámaras las condenaron. Muchos chilenos envidiamos la tribuna privilegiada que tiene el señor Ramiro Mendoza y que supo utilizar para decir unas cuantas verdades, que en vez de ser condenadas debieran llamar a una profunda reflexión a todos sin excepción y sólo teniendo por norte a nuestro Chile que tanto lo requiere…
Luis Enrique Soler Milla
Control estatal
Señor Director:
La verdadera razón de los políticos de promover el control estatal de la economía, argumentando que es más equitativo o más justo que el sector privado, es que quieren monopolizar la oferta de bienes y servicios, lo que les permite convertir a los ciudadanos autosuficientes en servidumbre; las personas tienen que aceptar cualquier tiranía para comer.
Exactamente lo anterior es lo que pasará con la educación en nuestro país; recién en 1980 tuvimos un nivel educacional similar a Europa o EEUU, y eso ha traído consigo una enorme disminución de las desigualdades.
Si extrapolamos las ineficiencias de la salud pública, cientos de miles de pacientes en largas listas de espera de una atención siempre tardía, serán ahora cientos de miles de niños que esperarán años para poder entrar a un determinado colegio; esos niños que no se educarán, ya que el sistema público será incapaz de eliminar las listas de espera y los padres no podrán reclamar, pues si lo hacen correrán el riesgo de que sus hijos se queden sin ninguna educación.
Ricardo López Bisquertt Ingeniero Comercial PUC