Biodiversidad
Señor Director:
Somos 13 científicos que trabajamos en el Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) y en 7 universidades de distintas zonas del país, estudiamos la biodiversidad -el patrimonio natural-, su manejo y sus beneficios en sistemas productivos. Con estos fundamentos, deseamos expresar nuestra opinión sobre la columna publicada por su diario y titulada "Expropiación regulatoria", de Ricardo Irarrázabal, en la cual critica aspectos específicos del proyecto de ley que crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas sin conocer los cambios que el MMA ha introducido a dicho proyecto actualmente.
Aunque concordamos que las incertidumbres de la propuesta deben eliminarse a través de especificaciones técnicas, al referirse a supuestas multas millonarias si "se corta un hongo" en un sitio prioritario de propiedad privada, su argumento frivoliza las medidas de conservación y lejos de aportar constructivamente a su mejoramiento, genera un clima desfavorable a su creación, que él mismo ha considerado apremiante (una necesidad urgente también reconocida por la OCDE).
Varios miembros del IEB hemos participado en una comisión interparlamentaria conformada por otros científicos, asesores de los senadores de la Comisión de Medio Ambiente, ONG y Gobierno, con el propósito de mejorar el proyecto de ley enviado al Senado. Ahí acordamos que: "Es necesario regular el procedimiento de identificación y declaración de los Sitios Prioritarios para la Conservación, sobre la base de conocimientos técnico-científicos, culturales, locales y con participación de todos los actores relevantes (academia, ONG, comunidad, etc.)". También se aceptó la conformación de un comité científico consultivo para dar fundamento técnico a las decisiones que el nuevo Servicio deba tomar, las que a su vez serán conocidas por el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad.
Por otro lado, hay un conseso entre los científicos de todo el mundo de que no es posible conservar la biodiversidad sólo dentro de los confines de un sistema de áreas protegidas. El propio el MMA ha documentado que la superficie de casi todos los ecosistemas terrestres del país, en particular entre Coquimbo y Bío-Bío, ha disminuido en una proporción alarmante (mayor a 50% de su superficie original) en décadas recientes. Es necesario enfrentar esta realidad y actuar con responsabilidad y premura ante este grave panorama.
Nuestra posición no es contradictoria con la necesidad de hacer un uso razonable y eficiente de los recursos naturales de Chile, puesto que nuestra biodiversidad y los servicios ambientales que derivan de los ecosistemas son pilares fundamentales del futuro desarrollo económico y social, y sustentan el bienestar de todos los ciudadanos. Creemos firmemente que para transitar hacia un desarrollo sostenible, es esencial regular las actividades humanas tanto dentro como fuera de las áreas protegidas, es decir en toda la extensión del territorio nacional.
Dr. Juan Armesto, Director del IEB, en representación de 12 académicos más