Opinión
Cartas al Director
- T+
- T-
Transbank
Señor Director:
En entrevista publicada el día 15 del presente, el presidente de Transbank sostiene que cualquiera que tenga la capacidad tecnológica, operacional y solvencia financiera puede instalarse y competir. Creo que lo anterior es erróneo, toda vez que la principal barrera para ingresar a dicho negocio está más bien en “la red bancaria” cuyo modelo se sustenta en torno a las sociedades de apoyo al giro bancario, entre otras, Transbank. Por tanto, no basta con los requisitos ya enumerados sino que falta uno mucho más importante: Ser propiedad de los bancos.
GONZaLO CRUZAT VALDÉS
Concentración política
Señor Director:
Después de un estatista siglo XX y de varios procesos políticos traumáticos, se ha llegado a que, en distintos matices, todo el espectro político hoy adhiera a un modelo económico de mercado. Lo anterior es un fiel reflejo de una sociedad que, aunque crítica de la desigualdad y los abusos, se encuentra plenamente inserta en la lógica de una economía de mercado, aceptando el vital rol que juega la empresa privada en este sistema.
Curiosamente, el anterior consenso pareciera no existir para otras áreas que muestran las mismas dolencias de cualquier mercado hipertrofiado por la concentración y un exceso de regulaciones: un sistema electoral que premia la estabilidad por sobre la competencia (pareciera que aquí muchos paladines del laissez-faire se vuelven proteccionistas) y un sistema de organización territorial con todo el poder político y económico concentrado en una sola ciudad del país: Santiago.
El duopolio político Concertación/Alianza ya hace aguas y, probablemente, veamos cambios en los próximos años en este aspecto, que deberían resultar en mayor competencia. Sin embargo, nuestro decimonónico centralismo pareciera no tener las mismas expectativas de cambio. Ayer fue Magallanes la que nos llamó la atención; hoy es Aysén que se moviliza para exigir cambios. Si la centralización económica fue el gran fracaso del siglo XX chileno, ¿Qué nos hace pensar que la centralización política en manos de una ciudad es la respuesta para los habitantes de 15 regiones, con identidades, geografías y sueños diversos?
PABLO PAREDES NAVARRO
El efecto Megaupload
Señor Director:
Probablemente las secuelas del cierre de Megaupload no afecten tanto a las empresas más grandes y respetables, pero lo cierto es que para los clientes una sombra de duda se ha posado para siempre en este tipo de servicios. La experiencia les ha demostrado, de la manera más drástica, que aún un gigante de la Nube puede derrumbarse en apenas un día arrastrando en su caída sus archivos más preciados. Muchos de ellos, difícilmente vuelvan a confiar en el modelo de negocios que hizo rico a Kim Schmitz. Cabe preguntarse entonces, qué alternativas se abren a partir de esta nueva Internet, más estricta y menos anónima.
Es sabido que, en tecnología, cada tanto un nuevo paradigma reemplaza al anterior en términos de eficiencia y confiabilidad. En esta nueva etapa, probablemente los usuarios que opten por compartir archivos de dudosa procedencia opten por los servicios descentralizados, como las redes peer-to-peer.
Pero, ¿qué alternativas se abren para todas las empresas que se manejan dentro de la ley? Estos ámbitos del P2P no les ofrecerán mayor seguridad que las empresas como Megaupload, sino más bien todo lo contrario.
Una alternativa válida que surge para todos ellos en estos tiempos de incertidumbre es el concepto de Nube Personal (Personal Cloud). ¿En qué consiste esto de la Nube Personal? Sencillamente en compartir una instancia de almacenamiento interconectada, confiable y privada. Inaccesible para todos aquellos que no estén habilitados para acceder a la información. Porque la única certeza que nos deja el episodio Megaupload es que difícilmente las empresas vuelvan a depender de servicios que pueden desaparecer de la noche a la mañana llevándose con ellos la información más preciada, sin posibilidad alguna de recuperarla.
Guilherme Soares
vicepresidente de ventas de Iomega para América Latina