Libro Beige de la Fed ve economía "en general positiva", pese a impacto de la guerra comercial

La economía de Estados Unidos continuó creciendo a un ritmo "modesto" en las últimas semanas y los consumidores siguieron gastando, una perspectiva "en general positiva" pese a las dificultades provocadas por la política comercial de Washington, dijo hoy la Reserva Federal de Estados Unidos.

"Las perspectivas en general fueron positivas para los próximos meses, con expectativas de un crecimiento moderado continuo, a pesar de las preocupaciones generalizadas por el posible impacto negativo de la incertidumbre relacionada con el comercio", informó la Fed en su último compendio de información anecdótica recopilada por los 12 bancos regionales, conocido como Libro Beige.

El empleo continuó expandiéndose y "los mercados laborales se mantuvieron ajustados y contactos (empresariales) en todo el país experimentaron dificultades para cubrir puestos vacantes", añadió.

El documento describe una economía en gran medida en buen pie antes de la reunión de la Fed del 30 y 31 de julio, en la que se espera que el banco central reduzca las tasas de interés.

De hecho, la aparente fortaleza de la economía ha llevado a algunos funcionarios de la Fed a preguntarse si se necesita un recorte de tipos.

Datos en positivo

El Libro Beige surge tras la publicación de datos en los que el gasto minorista y la manufactura superaron las estimaciones de los economistas, y un informe de empleos de junio mostró que el mercado laboral se recuperó en mayo. El informe señaló que las ventas de productos minoristas "aumentaron ligeramente en general", aunque las ventas de vehículos fueron planas.

La mayoría de los funcionarios de la Fed aún predicen un crecimiento de 2% o más este año, pero dicen que las perspectivas están amenazadas por los riesgos relacionados con las disputas comerciales globales.

El informe agregó que la fabricación en el país era generalmente plana con una modesta recuperación en algunos distritos. Los fabricantes en la región de Boston dijeron que "las incertidumbres en las tarifas y la política comercial eran problemas importantes", mientras que las empresas en Filadelfia dijeron que esas condiciones retrasaban aún más la inversión. Las fábricas en Nueva York y Chicago vieron un descenso en la actividad, aunque Atlanta aumentó y la de Richmond reportó un ligero aumento en los envíos y nuevos pedidos.