Economía

Pilita Clark: "Estar conectados todo el tiempo baja nuestra calidad como trabajadores"

La sobrecarga de información, los espacios abiertos, el despliegue de trabajadores por distintas regiones y el ingreso de los millennials están cambiando la vida de oficina moderna.

Por: Isabel Ramos / Fotos: Financial Times | Publicado: Lunes 13 de noviembre de 2017 a las 04:00 hrs.
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Su trabajo como columnista de vida corporativa de Financial Times le permite describir sin tapujos las principales tendencias, y horrores, de la vida de oficina moderna. Pilita Clark asumió en septiembre en reemplazo de Lucy Kellaway, quien se retiró tras 32 años en el diario para hacer clases en escuelas vulnerables de Londres. La experiencia, hasta ahora, “ha sido increíble”, dice Clark desde su oficina en la capital británica.

Es un cambio respecto de lo que hizo en el último tiempo. En los últimos seis años esta periodista australiana fue corresponsal de medio ambiente y antes de eso le tocó cubrir la industria aeronáutica.

“A pesar de eso siempre he estado muy interesada en los temas laborales y la forma en que está cambiando la vida corporativa moderna”, reconoce. “Es un placer poder hacerlo en el FT porque tenemos una lectoría muy diversa y global”, afirma.

Una de sus columnas más comentadas ha sido una en que criticaba las oficinas de espacio abierto. “La razón por la que escribí eso es porque de un momento a otro parece que todas las personas que conozco en Londres están trabajando para una organización que está trasladando su oficina, incluyendo al FT, varias empresas pequeñas y otras organizaciones grandes como Bloomberg, la Embajada de Estados Unidos y bancos”, explica.

“En todos los casos las oficinas a las que se van a mudar van a requerir que más personas compartan escritorio, pierdan su oficina actual o incluso tengan un ‘hot desk’, en que no tienen un escritorio asignado, y todos están realmente enojados. Esta es la forma en que el mundo se está moviendo”, profundiza.

“Es una tendencia global. Las empresas enfrentan presiones competitivas bastante severas, disrupciones tecnológicas, aumento del precio de las propiedades, lo que significa que desafortunadamente las oficinas de espacios abiertos llegaron para quedarse”, advierte.

- ¿Qué otros cambios importantes se han producido en los últimos años en la forma en que trabajamos? ¿En nuestra vida de oficina?

- Uno de los grandes cambios es que estamos sufriendo de una sobrecarga de información, no estamos hablando entre nosotros tan seguido como antes, estamos dependiendo cada vez más de los correos eléctricos, o de otras herramientas de comunicación en línea.

También de forma creciente las empresas son más globales y tienen a más trabajadores desplegados en todo el mundo, o en el país, y eso ha significado que el uso de las conference call se ha hecho mucho más frecuente. Es un desafío para las compañías encontrar una forma en que todos estén comunicados con todos, y no se sienta la distancia. Las fuerzas de la globalización son cosas que nos están afectando a todos, desde Santiago hasta Sidney.

- El uso de las conference calls también se aplica para las personas que realizan parte de su trabajo desde su casa…

- Claro, el trabajo remoto es otra de las cosas que ha cambiado. Se ha hecho cada vez más prevalente y personalmente creo que es fantástico, pero debe ser muy bien manejado, ya que dependiendo del tipo de trabajo que se realice, se puede crear un sistema de dos niveles, donde se tiene a las personas trabajando desde la casa que no están tan disponibles como las personas que están en la oficina.

Por otro lado, tratar de facilitar que los padres trabajen horas razonables es algo que los gerentes de primera línea tienen que tomar en cuenta. El trabajo de los gerentes de primera línea se ha hecho cada vez más complicado, al mismo tiempo que están más presionados.

- Hablando del cambio tecnológico, otro giro importante ha sido el surgimiento de WhatsApp y la popularización de su uso a nivel laboral ¿Qué se puede decir y qué no?

- Cuando empecé a trabajar teníamos un sistema computacional que se llamaba Coyote y teníamos este tipo de grupos, pero en el computador, no en el teléfono móvil.

Es interesante porque puede mejorar la comunicación entre ciertos grupos en la oficina que normalmente no se sentirían parte de un grupo, pero sí podrían tener intereses comunes. Ahora bien, esto puede ser bastante engañoso, porque si la gente descubre que existen estos grupos y no han sido incluidos, eso puede ser problemático.

- Tampoco hay un sentido del horario en que podemos y no podemos enviar mensajes...

- Exacto.

Ingreso de los millennials

- ¿Qué ha significado para las oficinas el ingreso de los millennials al mundo laboral?

- Es muy interesante, de hecho estoy pensando en escribir sobre esto. Lo que he visto con los millennials en nuestra oficina, y lo que me han contado de otras oficinas, es que es mucho más probable que digan: “mire, tuve que trabajar tres días seguidos, incluyendo la mitad del fin de semana, así es que me voy a tomar un día libre”. Los empleados más mayores nunca pedirían un día libre. De hecho, cuando uno lo piensa, aun cuando yo quedé en shock cuando me enfrenté a esta situación, ellos están en lo correcto. Lo que nosotros hacíamos es un poco insostenible.

Además, los jóvenes han visto a sus padres perder sus trabajos o atravesar alguna suerte de infierno laboral durante la recesión y eso pesa en la gente.

Lo otro que me han hecho notar es que los jóvenes tienen grandes problemas para usar el teléfono, porque han crecido texteando, WhatsAppeando, Snapchateando, Facebookeando. Levantar el teléfono y hablar con alguien sin avisarle que lo van a llamar es casi grosero, es algo que no se hace. Y tiene sentido, yo tampoco estoy usando el teléfono tanto como lo hacía antes. He hablado con personas que me han dicho que han tenido que entrenar a los jóvenes para que dejen de mandar correos electrónicos y tomen el teléfono, porque de otro modo no obtendrán la información correcta.

Presentismo laboral

Otra de las columnas de Clark que ha dado de qué hablar es una que se refiere al “presentismo laboral”, un término que combina “presentarse” con “ausentarse”, y que hace referencia a cuando un trabajador se presenta a trabajar cuando está enfermo, generalmente, por miedo a ser despedido.

“Por mucho tiempo en este país los falsos enfermos, que no asistían a trabajar a pesar de que no estaban enfermos, fueron un gran problema, pero ahora muchos expertos de escuelas de negocios y profesionales de recursos humanos están advirtiendo que el presentismo laboral cuesta tanto, sino más, que el ausentismo”, afirma.

- ¿Por qué es tan costoso?

- Porque las personas que asisten a trabajar cuando no deberían hacerlo no son tan productivas como lo serían si se sintieran mejor. Se agotan porque no se dan la oportunidad de recuperarse, en especial cuando hay brotes de gripe y la mitad de la oficina está tosiendo y sonándose. Es un desafío enorme. Es muy difícil saber cómo administrar el presentismo laboral, porque muchas veces las personas no quieren que se sepa que están enfermos, que necesitan un tiempo fuera y se preocupan sobre la carga extra de trabajo que asumirán sus compañeros.

- ¿Qué otra tendencia está marcando la relación de los empleadores con los trabajadores?

- El otro aspecto interesante que hemos visto en el último año o 18 meses es cómo enfrentar temas de diversidad y relaciones de género, asuntos que no se habían tomado seriamente en los directorios y en los niveles altos de administración. Es muy claro ahora que no se pueden ignorar, porque es un riesgo para la reputación de la empresa, como pasó con Google.

- ¿Y qué tendencia marca la relación de nosotros con nuestros jefes?

- El problema de la sobrecarga de información nos hace a todos altamente propensos a no concentrarnos tanto como deberíamos y a cometer pequeños errores. Este proceso de estar conectados todo el tiempo inevitablemente nos hace bajar nuestra calidad.

Un gran error que puede cometer un empleado es que al ingresar a una empresa no sepa cómo es la cultura corporativa de ese lugar y cómo la gente hace las cosas. Las empresas con el tiempo desarrollan una cierta cultura y un conjunto de creencias sobre sí mismas, una cierta forma de hacer las cosas. Descubrir cómo navegar en ese nuevo lugar puede marcar una diferencia.

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