Dueño de La Fête y segunda etapa de la Ley de Etiquetado: “Se profundizan los errores”
“Estoy convencido de que lo más grave de esta normativa es que no va a servir para combatir el problema de la obesidad”, dijo.
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Una nueva cara tendrá la industria de alimentos a partir de este miércoles. Como se estableció en un principio, la Ley de Etiquetado entrará en una segunda fase, que contempla mayores exigencias en el contenido de grasas, azúcares, calorías y sodio en los productos. De no cumplirlas, las empresas deberán incluir inevitablemente el sello “Alto en”.
Si bien esto no toma por sorpresa a la industria de alimentos, para algunas empresas el desafío de volver a reformular sus productos y seguir captando el gusto del consumidor será prácticamente imposible.
Uno de estos casos es La Fête, líder en el segmento de chocolates finos. Según su CEO y fundador, Jorge Mckay Alliende -ligado a la familia fundadora de la conocida marca de galletas-, en su caso “es prácticamente imposible hacer más reformulaciones”, razón por la que advierte que “esta segunda etapa no es más que una profundización de los errores producidos por la primera”.
Recurriendo a su experiencia en la industria, analiza que la normativa considera todos los alimentos “en un saco común, sin diferenciar sus patrones de consumo ni sus características esenciales”.
Mckay plantea además que el ajuste implicará que se continúen afectando sus márgenes, particularmente en lo que respecta a las exportaciones.
“Los mayores impactos han sido sobre la imagen de nuestros productos, lo que nos importa muchísimo. También tenemos costos adicionales de variados tipos por cambios de packaging, así como relevantes aumentos de costos en nuestras exportaciones por la obligación de desarrollar envases especiales sin estos sellos. Esto último ha sido muy difícil de manejar y muy caro”, explicó.
En línea con las críticas de la industria, señaló que una de las mayores falencias de la normativa se encuentra en el uso de porciones de 100 gramos como base para determinar el uso de sellos.
“Eso es quizás lo más grave de esta reglamentación. En el caso nuestro se transforma en algo casi insólito. El consumo per cápita de chocolates finos en Chile es cercano a los 375 gramos anuales, esto es cerca de un gramo al día… pero la normativa nos obliga a colocar estos sellos como si el consumo diario fuera 100 veces el real”, advierte.
Índices de obesidad no mejorarían
De acuerdo a Mckay, la normativa impulsada por el gobierno, que tiene como objetivo mejorar los hábitos de los consumidores para que prefieran alimentos más sanos, no estaría avanzando en ese horizonte.
“Yo estoy convencido de que lo más grave de esta normativa es que no va a servir como ayuda efectiva para combatir el problema de la obesidad en Chile, porque trata a todos los alimentos por igual, lo que es una arbitrariedad, y no le entrega información relevante al consumidor para que tome decisiones correctas”, advierte. Así también, agrega que “esta normativa es ‘facilista’ y no ataca el problema de fondo de los hábitos de consumo y de la educación”. Y comparó que “Suiza es el país con el mayor consumo de chocolates de alta calidad en el mundo… y es el país con el índice de obesidad más bajo del hemisferio occidental”.
La Fête Chocolat cuenta con más de 40 tiendas en Santiago y regiones.