Comisión de Productividad teme una fuerte caída de los salarios de reducirse la jornada laboral
Texto advierte que una disminución de 45 a 40 horas semanales implicaría una caída -en el corto plazo- en los salarios mensuales reales de 3% en promedio.
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No hay plazo que no se cumpla. Y la tarde de hoy la Comisión Nacional de Productividad (CNP) publicó la versión preliminar del informe que solicitó el presidente de la República, Sebastián Piñera, sobre posibles consecuencias de reducir la jornada ordinaria de trabajo en el país sobre distintos indicadores laborales. Y en línea con lo que se podía esperar, los planteamientos no son muy auspiciosos y, en particular, se advirtió un fuerte golpe en los salarios.
Para aproximarse a los efectos, la instancia revisó la rebaja desde 48 a 45 horas que se anunció en 2001 e implementó en 2005, considerando bases de datos y metodologías alternativas.
Para ello, el grupo de expertos liderados por Raphael Bergoeing, utilizó la Encuesta de Protección Social, los registros administrativos de Historias Previsionales de Afiliados y la Encuesta Nacional de Empleo del INE.
Sobre la base de la experiencia de 2005, se estimó que por cada hora menos trabajada, las horas efectivas caerán en 0,4 horas. "Así, una reducción en la jornada semanal ordinaria de 45 a 40 horas -equivalente a 11%- produciría una baja en torno a 5% en las horas anuales efectivamente trabajadas (promedio por persona), lo que implicaría una caída de corto plazo en los salarios mensuales reales de 3% en promedio", advirtió el informe.
En esa línea, el texto agregó que en un horizonte a 4 a 5 años, se podría observar una caída en el nivel del PIB de 2,5% a 7,5% respecto de un escenario sin reforma, y una en la productividad de entre 1% a 3,5% generada por reasignación del empleo.
Si bien el análisis enfatizó en que una opción es dejar establecido en la propia ley la prohibición de reducir los salarios de los trabajadores debido a una jornada más corta, el informe recalcó que dicha medida sólo lograría contener el ajuste en las remuneracuiones de los trabajadores con contrato vigente, y no de los futuros.
"Como la ley no afecta los ingresos de las nuevas contrataciones, es de esperar que las nuevas contrataciones se hagan a un menor ingreso mensual, el correspondiente a la productividad efectiva de los trabajadores con una menor jornada", dijo el documento.
¿El impacto será para todos por igual? Según el informe, variará y, de hecho, planteó que "no es posible anticipar el efecto a nivel agregado, en parte porque cada industria y empresa tiene realidades propias y potenciales respuestas de productividad diferentes".
Acotó que el "efecto agregado dependerá de factores como las preferencias de los trabajadores, el poder de negociación colectiva de los empleados, el peso relativo del empleo y los salarios en los objetivos de los sindicatos, el nivel de coordinación de la negociación colectiva, la regulación de las condiciones laborales, la sustitución entre trabajo y capital, entre otros".
Y para justamente acotar los posibles impactos negativos, el texto expuso que es clave considerar mecanismos de flexibilidad que permitan aumentar la productividad y plazos e instrumentos de ajuste que permitan a las empresas reorganizar su estructura productiva, a modo de reducir los efectos negativos esperados.
"Escenario menos auspicioso"
Los expertos recalcaron que en el escenario actual una reducción de jornada podría tener un impacto más crítico. Esto, por cuanto estimaron que el contexto actual es "decididamente menos auspicioso en Chile, y estamos en un contexto general de automatización importante, que conlleva riesgos mayores de sustitución de trabajo por servicios de capital ante el encarecimiento del factor trabajo".
Agregaron que la mayor disponibilidad de inmigrantes en Chile de 2019 apunta en una dirección similar. Por estas últimas consideraciones, concluyeron, "es necesario indicar que las estimaciones ofrecidas en este estudio se sitúan en el terreno de lo plausible y moderadamente optimista".