Briones presidenciable: los ejes de una candidatura inesperada
Competencia. Ciudad Justa. Un solo Chile. Cero privilegios. Modernización del Estado. Estos son algunos conceptos y ejes que marcarán la futura candidatura presidencial de Ignacio Briones, campaña en la que un grupo de 7 asesores ya trabaja aceleradamente.
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Los candidatos de los partidos de Chile Vamos –Evelyn Matthei, Joaquín Lavín, José Antonio Kast– ya se habían oficializado, y el 17 y 18 de diciembre se sumaron Mario Desbordes y Sebastián Sichel a la carrera. Inevitablemente se generó la pregunta: ¿Quién será el candidato de Evópoli? ¿Felipe Kast? ¿O apoyarán a alguno de los otros? En Cadem, en ese tiempo, el senador aparecía con un 1%, misma cifra de Desbordes, y abajo de Lavín, Matthei y Sichel, cada uno con 5%.
“En el partido pensaron en el diputado Luciano Cruz Coke, la ministra de Transportes Gloria Hutt, y el diputado Francisco Undurraga había manifestado su intención. Pero aquellas alternativas no convencían del todo a los fundadores del partido”, dice una persona de la tienda política. “Ignacio es el mejor”, enfatiza otro de sus militantes más conocidos.
Su juventud, ideas liberales, perfil intelectual (es ex presidente y fundador de Horizontal, centro de estudios que estos meses ha publicado una decena de documentos, siendo él uno de los principales cerebros), su atípico perfil, además de sacar adelante 28 proyectos de ley en un año, lo convertían en el idóneo.
Además de Kast, los otros que estuvieron al tanto de la movida fueron Hernán Larraín Matte, Gonzalo Blumel, el biministro de Energía y Minería, Juan Carlos Jobet, algunos de sus asesores cercanos (como el periodista Felipe Cádiz), el ex Secom Jorge Selume, y Sebastián Izquierdo, director ejecutivo de Horizontal. A este último se le vio esta semana en La Moneda.
Al Presidente le informó después del Año Nuevo. Mientras que en su entorno familiar, solo su mujer, Francisca Cifuentes, estuvo al tanto. El resto se enteró de la eventual candidatura por la prensa el fin de semana pasado. Pero la noche del jueves 21 de enero, Briones llamó a su madre por teléfono y por primera vez hablaron en extenso del asunto.
“Le adelantó que haría lo que el Presidente y su partido le pidieran (Piñera ya le había dado su venia). Que confiara en él, y que estaba seguro de la decisión que estaba tomando”, relata un familiar.
Por lo mismo, advierte uno de sus cercanos “no debiera sorprendernos tanto. Es bastante lógico lo que está sucediendo”. DF MAS lo entrevistó para la edición del 10 de enero. Entonces respondió: “No, no me lo han propuesto. Estoy concentrado en el Ministerio de Hacienda. Tenemos un enero movido, hartos proyectos importantes además: Ley anti abusos en el mercado financiero, cambios de fondo, el nuevo Fogape Reactiva”.
Su plan era revelar su candidatura cuando el año legislativo terminara, lo que coincidía con la asamblea del partido en la que se elegirá al presidenciable único, el 30 de enero. Y saldría en marzo. Pero las presiones de miembros del segundo piso y Evópoli para acelerar su partida, se agudizaron. La cuarentena del Presidente Sebastián Piñera aplazó esa solicitud.
“Hay que mirar con mucha atención a Horizontal. Sebastián Izquierdo, su director ejecutivo, ha estado trabajando para una eventual candidatura todo este tiempo. Lo que ha publicado, es material para la presidencial”, dicen de Evópoli. Las últimas apariciones de Briones dan luces de los conceptos que quiere empujar.
Por ejemplo, en Enade dijo: “No permitamos que, acabada la pandemia, tengamos un nuevo virus: el de la inmediatez y el populismo”. “Es a todas luces una crítica a sus rivales en la carrera presidencial”, revelan de su círculo estrecho. Ese punto, de hecho, fue uno de los que lo inclinó a tomar el desafío presidencial. “Enfrentar a los populistas que se han paseado en los matinales”, argumenta un cercano.
Saluda a los trabajadores por su nombre, se le vio conversando con los camioneros del paro de octubre en la calle –“Hola me llamo Ignacio”, se presentó tras bajarse del auto ministerial– y se sacó fotos comiendo en la calle. Desde que asumió se autoimpuso no subirse al ascensor que su cartera destina exclusivamente al ministro de Hacienda y que une el estacionamiento con el piso 12, donde está su despacho.
“Lo ha usado en contadas ocasiones, cuando está apurado”, explican de ese ministerio. “Su campaña tendrá ese sello cero privilegios”, relatan. Su Vespa naranja continuará siendo su método de movilización.
“Macron, que no estaba en los cálculos de nadie 4 meses antes de las elecciones, terminó ganando”, ejemplifican personas que conversan con Briones. “Ambos son liberales, reformistas, candidatos jóvenes. Pero Macron no es un intelectual. Y Francia no es Chile”, retruca otro.
La similitud territorial y la admiración por el desarrollo de Nueva Zelanda, sí es un asunto que está en carpeta. La atracción por este país se consolidó en 2017, cuando como decano de la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez formó parte de una delegación que viajó para conocer in situ su experiencia en el proceso de modernización del Estado.
No esconde su fascinación hacia Jacinda Ardern y por lo mismo, en su escritorio está el libro que escribió la primera ministra. Su título “Un nuevo modelo de liderazgo”, lo dice todo. En cuanto a campañas electorales, su equipo puso atención a las primarias demócratas de EEUU. De ahí sacaron lecciones para la contienda en Chile Vamos.
Sede concreta aún no existe, sin embargo “no hay dudas de que nos moveremos entre su casa en Vitacura y la de Evópoli (en Providencia)”. Estos días se han juntado en su domicilio -el único de Hacienda que asiste es Obach- para diseñar el primer bosquejo de la candidatura que ya toma forma. Si gana o no gana, nadie lo sabe. Lo que él sí tiene claro, es que esta decisión es un punto de quiebre en su vida profesional. “Sería raro verlo después en el directorio de una empresa. Más bien, podríamos imaginarlo en el Senado”, concluyen.