El efecto Bruselas sobre la regulación de la Inteligencia Artificial en Chile
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El 21 de abril de 2021, La Comisión Europea publicó las regulaciones propuestas sobre Inteligencia Artificial (IA) para la Unión Europea donde se proponen directrices que deben adoptar los países miembros para fomentar y también monitorear las actividades de IA. Esta ley es una de las más adelantadas en el mundo en enfrentar los desafíos de cómo la IA moldeará las actividades de la sociedad europea en el largo plazo.
En vez de regular todas las aplicaciones de la IA, la reglamentación propuesta por la Unión Europea se centra en monitorear y restringir las actividades consideradas de alto riesgo. Por ejemplo, las actividades de calificación crediticia que utilizan reconocimiento facial están categorizadas como alto riesgo, por lo tanto, están sujetas a reglas de transparencia y calidad de datos. Incluso, la regulación propone eliminar los servicios que utilizan "técnicas subliminales" para manipular personas. La Unión Europea también es clara en proponer sanciones estrictas a quiénes infrinjan esta regulación con penas de dinero basadas en montos máximos y porcentajes sobre los ingresos globales.
¿Qué aprendizajes podemos sacar del proceso que llevó más de cuatro años en promulgarse en la Unión Europea?
Primero, la necesidad de un acuerdo transversal político de largo plazo que incluya a científicos y expertos en AI, así como también a la ciudadanía. En la Unión Europea se trabajó con una Comisión de 52 Expertos para desarrollar sus propuestas, recopilando información a través de una "alianza de IA" con material informativo participativo para comentar en línea. En Chile se ha trabajado en esta materia a nivel de la Comisión del Senado Desafíos del Futuro y de la Presidencia, así como en algunos círculos académicos a través de diferentes comisiones. Si bien, yo participo en una de esas comisiones, creo en lo personal que todavía falta crear mecanismos participativos para que cualquier interesado de la sociedad civil pueda participar en crear la hoja de ruta compartida en IA de largo plazo.
Segundo, la regulación europea estableció un plan estratégico para crear la regulación. Definiendo pautas éticas para una IA confiable, un plan claro de inversión, pautas para probar si las aplicaciones de IA son confiables, y las consideraciones sectoriales para implementar las acciones propuestas en la regulación.
En Chile, es fundamental hacer este ejercicio completo, es decir, convocar a expertos de diferentes áreas y lugares geográficos del país, crear un fuerte de plan de inversiones desde el Gobierno para estimular que las empresas utilicen y desarrollen métodos de IA en sus actividades industriales con el fin de mejorar el bienestar de las personas, pero al mismo tiempo, sanciones claras a quiénes transgredan las prácticas indebidas como manipular a la población.
Por último, creo importante considerar que Chile debe liderar una política asociativa de IA en Lationamérica que al menos considere áreas de seguridad, cuidado del medioambiente y monitoreo de las actividades ílicitas como son el narcotráfico, inmigración ilegal y corrupción corporativa.