Mujeres en la profesión legal: la importancia de apoyar a las nuevas generaciones
Por Ignacia López Vives, Andrea Saffie Vega y Bárbara Zlatar Ayuso, socias de Cariola Díez Pérez-Cotapos
Vemos con alegría que cada vez más se van sumando en roles de liderazgo, tanto en firmas legales como en gerencias de empresas, mujeres abogadas que han desarrollado exitosas carreras profesionales. Por ejemplo, la red de Abogadas In House ya ha logrado reunir a más de 600 profesionales que ejercen dentro de empresas líderes del país tanto públicas como privadas.
Esto es una buena noticia porque, poco a poco, se va haciendo realidad que mujeres y hombres puedan participar cada vez más a la par en el ejercicio de la profesión, generando sus propias redes de contacto y haciendo comunidad al andar.
Si bien ya existe un impulso relevante de la participación activa de mujeres en la profesión legal, aún hay una brecha importante respecto a aquellas que llegan a posiciones de liderazgo, y esto es consistente tanto en el ejercicio privado como público y en el ámbito académico.
Entonces, sigue siendo necesario que quienes desempeñamos roles de liderazgo contribuyamos compartiendo nuestra experiencia a las nuevas generaciones; visibilizando no solo los logros, sino también los dolores y obstáculos. Porque para potenciar a las abogadas jóvenes eficazmente, vemos que se requiere acompañarlas en su camino profesional y personal, y que conozcan -ojalá de cerca- mujeres referentes de las cuales puedan aprender con realismo; aprender cómo ejercen su profesión y desarrollan su carrera profesional, intentando compatibilizar las altas exigencias del día a día los distintos roles que tiene la mujer en su vida. Ojalá poder visibilizar que es posible desarrollar la carrera que cada una aspire, sin la necesidad de escoger entre una rica vida familiar o profesional.
Sin duda, el desafío es enorme, porque para ello se requiere no solo el apoyo de todos los líderes de las organizaciones -tanto hombres como mujeres, con acciones concretas en el día a día que, por una parte, permitan percibir la existencia real de un espacio para crecer profesionalmente, y, por otra, que ese espacio esté acompañado de apoyo y transmisión de experiencias profesionales que den seguridad a las mujeres jóvenes de tomar nuevos desafíos, conscientes de que las mujeres, y especialmente las de nuevas generaciones, comparten o al menos aspiran a compartir las responsabilidades familiares-, sino también que aquellas mujeres que hoy ejercemos posiciones de liderazgo logremos transmitir que desde aquí también requerimos que se nos vayan uniendo más y más mujeres, y vayamos siendo capaces de formar una comunidad más grande que realmente pueda convertirnos en agentes de cambio para cerrar esta brecha.
En definitiva, no podemos hacerlo solas, nos necesitamos mutuamente con las nuevas generaciones para poder convertirnos en reales agentes de cambio.