Según datos del Banco Central del Uruguay (BCU), el PIB real creció 2% ajustado estacionalmente en el segundo trimestre respecto del período anterior y 3,7% frente a igual lapso del año pasado. Esto representa una recuperación desde la contracción de 0,4% trimestral registrada en los primeros tres meses del año.
Casi todos los sectores de la economía se expandieron comparados con el mismo cuarto de 2013. El sector eléctrico fue el que vio los mayores avances año sobre año (29,7%) debido a la recuperación en el sector de la generación hidroeléctrica, lo que derivó en menores costos de producción.
Carga, almacenamiento, y comunicaciones también tuvieron un buen desempeño (8,1%) debido a la inversión en la red de cable de fibra óptica del país. El único sector que registró un declive fue el de la construcción, que retrocedió 4,9%. Según el banco central, la caída se explica por el fin de las obras en la planta de celulosa del departamento de Colonia y un menor gasto en infraestructura por parte del estado en general.
Las exportaciones también aumentaron en 8,1% año sobre año, mientras que las importaciones crecieron 2,4%.
Desafíos por delante
Aunque el segundo trimestre vio un sólido crecimiento, se prevé que un complicado ambiente internacional y local frene el ritmo de expansión en lo que queda del año. El peso uruguayo se ha depreciado 12% contra el dólar en lo que va del año, lo que tiene consecuencias para la demanda interna y para el sector agrícola nacional, que son ambos pilares importantes de la economía.
Aunque el consumo privado aumentó 4,5% anual en el segundo trimestre, la depreciación del peso podría frenar el consumo en lo que resta de 2014, especialmente en el consumo de bienes durables y otras importaciones.
Para la agricultura, que creció 3,6% anual en el período y ayudó a expandir las exportaciones, la depreciación ha encarecido los costos de producción en el país, a lo que se suma también la caída en los precios de los principal commodities exportados por el país, la soya, el trigo y la carne. Esto podría inhibir nuevas inversiones en el sector y afectar las ganancias futuras por exportaciones.
Más aún, el crecimiento será impactado por una esperada desaceleración en el crecimiento del gasto público. La demanda del sector público, que se origina principalmente en las empresas estatales, creció 8% anual entre abril y junio, comparado con el avance de sólo 2% registrado en el sector privado.
Esto coincide con el gasto del sector público, que creció 32,6% en el primer trimestre y 20,7% en el segundo. Sin embargo, como muchos proyectos del sector público ya han sido completados, se espera que comience a declinar. Además, los dos principales contendores para las elecciones presidenciales de Uruguay, que se celebrarán el 26 de octubre se han comprometido a cerrar la brecha del déficit fiscal del país recortando el gasto público.
En la vecindad
La difícil situación económica en los vecinos Argentina y Brasil -los dos mayores socios comerciales y fuentes de turismo de Uruguay- también es un desafío para el país. Las exportaciones de manufacturas han sido severamente golpeadas, aunque el sector creció 1,1% en el segundo trimestre.
Si bien las tradicionales exportaciones manufacturadas enviadas a los países socios del Mercosur, como la ropa, materiales de construcción, y alimentos y bebidas, han estado en declive, han sido compensadas por los envíos de madera y celulosa. El crecimiento debería reflejarse con la apertura de la planta de celulosa en Montes del Plata en junio, que comenzó a operar después del final del trimestre.
La turbulencia económica en Argentina también podría afectar a la temporada de turismo de verano de Uruguay. Aunque 60% del gasto de turismo de Uruguay en 2013 provino de los argentinos (una caída desde 80% en 2005), los controles cambiarios de Argentina y la divergencia entre el tipo de cambio oficial e informal convierte a Uruguay en un destino prohibitivamente caro para muchos argentinos: en enero (un período clave del turismo veraniego) la llegada de argentinos cayó 16% y su gasto disminuyó 34%.
Si bien el Ministerio del Turismo espera que el número de visitantes brasileños crezca 20% este año a 500 mil, la desaceleración en la vecina Argentina amenaza con profundizar la actual ralentización en el ciclo de inversión y producir una segunda mitad del año mucho más débil.
