Preocupación por la economía y cooperación marca la primera conversación entre Biden y Xi Jinping
Los líderes de las mayores potencias del mundo dialogaron durante dos horas por teléfono, dejando atrás los ataques que caracterizaron los últimos cuatro años, pero también estableciendo diferencias.
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Aunque Joe Biden había dejado claros ciertos lineamientos sobre la relación que mantendrá con China, no había existido un contacto directo entre los líderes de las dos mayores economías del mundo. Eso cambió el miércoles por la noche, cuando el mandatario estadounidense sostuvo su primera conversación telefónica con el presidente Xi Jinping, desde su triunfo en noviembre.
En la víspera de la celebración del Año Nuevo Lunar, el presidente norteamericano ofreció sus buenos deseos para el pueblo chino ad portas de la festividad más importante del año para el gigante asiático -según él mismo indicó-, pero también le dejó claro a su homólogo que hay ciertas situaciones que inquietan a Washington.
“Compartí preocupaciones sobre las prácticas económicas de Beijing, los abusos de los derechos humanos y la coacción de Taiwán”, detalló el mismo Biden en su cuenta de Twitter, lo que la Casa Blanca complementó detallando que tildó de “coercitivas e injustas” ciertas acciones económicas.
En una conversación que se extendió por cerca de dos horas, Biden igualmente declaró estar “comprometido con la búsqueda de compromisos prácticos y orientados a resultados cuando promueva los intereses del pueblo estadounidense y los de nuestros aliados”.
Marcando una diferencia radical con lo que fueron las relaciones durante los últimos cuatro años, el líder comunista planteó al demócrata que “cuando China y Estados Unidos cooperan, ambas partes ganan, y cuando luchan, ambas se ven perjudicadas”, según la agencia de noticias Xinhua.
En línea con ello, Xi reconoció que “la cooperación chino-estadounidense puede lograr muchas cosas importantes que beneficien a ambos países y al mundo entero” y alertó que “la confrontación entre China y EEUU sería, sin duda, un desastre para ambos países y para el mundo”.
El jefe de la segunda economía del mundo señaló que ambas potencias podrían abrir más contacto en los planos económico, financiero, policial y militar, para lo cual solicitó restablecer el diálogo, fomentar el entendimiento mutuo y evitar “malentendidos y juicios erróneos”.
De la mano de esto último, la autoridad advirtió a Biden que hay “asuntos internos de China” relacionados con la soberanía e integridad territorial, en respuesta a las críticas a los derechos humanos en Xinjiang, la represión en Hong Kong y lo que la Casa Blanca calificó como “acciones cada vez más asertivas en la región, incluso hacia Taiwán”.
El líder asiático afirmó que “la parte estadounidense debe respetar los intereses fundamentales de China y actuar con cautela”.
Además, y en términos generales, las autoridades discutieron sobre los desafíos compartidos en lo relativo a la pandemia, el cambio climático y la proliferación de armas, según el resumen del encuentro.
“Comer el almuerzo”
La buena -y para algunos amistosa- relación que ambas autoridades sostuvieron durante los años de la administración Obama no implica que el enfrenamiento estratégico entre las dos mayores economías del mundo vaya a quedar de lado. De hecho, el mismo Biden dijo a CBS que no espera tener conflictos, pero advirtió que “habrá una competencia extrema”.
El mandatario planteó a ciertos líderes del Congreso este jueves que China está superando con fuerza a EEUU en materia de infraestructura, a tal punto que “se comerá nuestro almuerzo” si el país no toma medidas.
“Están invirtiendo mucho dinero, están invirtiendo miles de millones de dólares y están lidiando con una amplia gama de problemas relacionados con el transporte, el medio ambiente y otras cosas”, planteó el mandatario a un grupo de senadores, a quienes entregó algunos detalles de las iniciativas.
Ferrocarriles de alta velocidad, manufactura de automóviles y reformas medioambientales son algunos de los puntos que preocupan al presidente norteamericano, quien planteó que “simplemente tenemos que acelerar”, en un llamado al Congreso a aprobar más fondos sobre las materias.