Maduro asume nuevo mandato en Venezuela bajo desconocimiento internacional
El presidente anunciará hoy más medidas económicas “para lograr el crecimiento” en medio de la peor crisis económica en la historia reciente. Analistas estiman que no habrá novedad.
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El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, inicia hoy un nuevo período de seis años, bajo el escrutinio nacional e internacional de quienes consideran que su mandato es producto de unas elecciones fraudulentas y, por ende, ilegítimo.
A sus 56 años, el jefe de Estado jurará ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) -al que acusan de estar controlado por el Ejecutivo- y no frente a la Asamblea Nacional, tal y como dicta la Constitución. Y es que desde el Palacio de Miraflores se considera que el Parlamento, controlado por la oposición desde 2015, está en desacato y que sus funciones no tienen carácter legal alguno.
Luego habrá un acto de respaldo de las Fuerzas Armadas del país mientras que, en Washington, la Organización de Estados Americanos (OEA) realizará una sesión extraordinaria sobre la nación.
La llamada Asamblea Nacional Constituyente (ANC), creada por él mismo, será la que dé su espaldarazo al criticado mandatario.
Salvo México, Cuba, Bolivia, Turquía, Rusia, China y otros pocos países ideológicamente alineados, el mundo se ausentará de la toma de posesión en una señal clara de que no reconocerán al Ejecutivo que tiene previsto liderar la nación petrolera hasta 2025.
Contra el mundo
A Maduro parece importarle poco ese rechazo y, a sólo horas de asumir, seguía demostrando estar dispuesto a renovar su mandato.
Quien “no reconozca la legitimidad de las instituciones venezolanas le daremos su respuesta recíproca y oportuna”, dijo el jefe de Estado.
Ayer se enfrentaba a su par peruano, Martín Vizcarra, luego de que desde Lima se emitiera una lista con 93 personas con prohibición para entrar a la nación andina.
Además del de Maduro, algunos de los nombres coinciden con aquellos sancionados por Estados Unidos por sus presuntos vínculos con corrupción y lavado de dinero.
La medida peruana surge tras el encuentro del viernes del Grupo de Lima donde se acordó tomar medidas en contra de Caracas.
Ello llevó al canciller venezolano, Jorge Arreaza, a entregar una nota de protesta a cada país y a Maduro a anunciar “las más urgentes y crudas medidas diplomáticas” como represalia.
Desesperanza al alza
Al clima internacional adverso se suma la desesperanza que ha dejado la peor crisis económica de la historia reciente.
Para este sexenio, Maduro promete que ahora sí habrá prosperidad, pese a que durante su gobierno, que inició en 2013 tras la muerte de Hugo Chávez, el tamaño de la economía se redujo a la mitad.
Para el Fondo Monetario Internacional (FMI), el pronóstico sigue siendo negativo, estimando que la hiperinflación podría llegar hasta un 10.000.000% y el Producto Interno Bruto podría caer 5% este año, tras una contracción de 15% en 2018.
Los menos conservadores, como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), estiman que el PIB retrocedería hasta 10%.
Para hoy, el jefe de Estado anunció nuevas medidas “para mover la economía, la prosperidad, el Petro (...) para equilibrar y lograr las grandes metas, la prosperidad y el crecimiento”.
Pero analistas creen que será más de lo mismo: un discurso repetitivo de lugares comunes que incluyen términos como el imperio y la guerra económica como causantes de la debacle financiera.
Por su parte, la oposición -que inició un nuevo período legislativo el domingo- se enfila a superar las fracturas internas y a aprovechar el respaldo internacional para impulsar métodos necesarios para poner fin a 20 años de la Revolución Bolivariana de Chávez.