Los detalles de la quiebra de la importadora Velarde Hermanos, dueña de las marcas Sabú y Mistral
La empresa fundada en Valparaíso reconoció deudas por más de $ 11.600 millones.
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No va más. La emblemática importadora de alimentos Velarde Hermanos, que mantiene una nómina de 208 trabajadores, oficializó su bancarrota. La firma nacida en Valparaíso en 1962 presentó una solicitud de liquidación voluntaria ante la justicia, en un proceso que lleva adelante el estudio de abogados experto en esta materia, Nelson Contador y Compañía.
“La actual situación económica y financiera de Velarde Hermanos, ha llegado a un nivel tal que nos imposibilita de continuar con nuestras actividades comerciales, a pesar de los reconocidos esfuerzos realizados por los socios y la administración de la compañía, a efectos de revertir la situación en la que hoy día se encuentra”, dijo Contador en un escrito presentado a la justicia el 29 de abril, en representación de Jaime Velarde Gaggero y Javier Velarde Bernardino, hijos de los fundadores de la empresa, los hermanos Gonzalo y Jorge Velarde Mora.
Según los antecedentes, la empresa -que llegó a representar a marcas mundialmente famosas como Pringles y Hersheys-, reconoció deudas por más de $ 11.600 millones.
Entre los principales acreedores figuran los bancos Itaú, Internacional y Santander, que están en proceso de nominación del liquidador.
En el ejercicio recién pasado, la empresa registró ventas por $ 16.187 millones y pérdidas por $ 5.990 millones. Al 25 de abril de este año, acumula un resultado negativo de $ 16.228 millones, según el balance presentado por la compañía a la justicia.
Junto a esto, la firma detalló todos sus activos, dentro de los cuales figuran monto en caja, documentos por cobrar, existencias e inmuebles, entre otros ítems, todo lo cual suma poco más de $ 7 mil millones.
A esto, la compañía incorporó como activo contingente $ 230 millones como parte del juicio que mantiene Velarde Hermanos con Canal 13 por el reportaje del programa Contacto, que señaló que el aceite Carbonell no era apto para el consumo humano. La Corte de Apelaciones le dio la razón a la empresa y ahora se está a la espera de la resolución de la Corte Suprema.
Origen de la insolvencia
Según el abogado Nelson Contador, la empresa logró en los últimos años tener la distribución exclusiva para Chile de algunas marcas internacionales y nacionales de gran prestigio, y alto nivel de ventas, como Pringles, Pillsbury, Betty Crocker, Old el Paso, Hersheys, Act II, dentro de otras.
En un principio, dijo el abogado, la exigencia de las empresas, tendientes a lograr mayores ventas y distribución, hizo que Velarde aumentara fuertemente su dotación comercial, creciendo así considerablemente el gasto en jefes de venta, vendedores, reponedores, supervisores y product managers.
“En el último tiempo y por diversas circunstancias, Velarde Hnos S.A. perdió esas representaciones, impactando de una forma irreversible para el cumplimiento de sus obligaciones”, sostuvo Contador, quien añadió que frente a este escenario se redujo el número de trabajadores, pero “sin lograr el óptimo, pues los costos de indemnización sobrepasaban la caja de la compañía”.
El término de la relación comercial con las empresas proveedores de las marcas mencionadas, dejó una serie de productos en las bodegas de Velarde Hnos. S.A. que fue no fue posible comercializar, dado que ellos nombraron nuevo distribuidor en Chile.
Contador también apuntó al efecto que tuvo la nueva ley de etiquetado en las marcas de producción propia, dentro de las cuales destacan Mistral y Sabú.
“Las pérdidas por este motivo fueron millonarias, pues se requirió contratar a más de 40 personas con dedicación exclusiva a ello, lo cual sumado al costo de las etiquetas, fueron generando más problemas aún en la caja de la compañía; ese mayor costo no era posible de ser traspasado a los precios de venta”, afirmó.
Ante este escenario, el abogado dijo que las líneas de crédito para capital de trabajo que Velarde tenía con diversas instituciones financieras fueron reduciéndose.
“La caja simplemente, ya no soportaba. Consecuencia de lo anterior entonces, fue que Velarde Hnos S.A. no pudo cumplir con el plan de trabajo, entrando en un círculo vicioso de menores ventas y así menos capital de trabajo disponible”, añadió.
Junto a esto, la empresa apuntó al alto poder de negociación de las grandes cadenas de supermercados, que representaban cerca del 65% de las ventas de Velarde. Según la fallida, los costos asociados al rapel, centralización de despachos, no devoluciones y reposición, entre otros ítems, impactaron su margen neto de ganancia.
Además, se destacó que los supermercados, desde hace ya varios años, comenzaron a potenciar y desarrollar el negocio de sus marcas propias e importaciones directas.
Lo anterior, según Velarde, le afectó en dos aspectos: la generación de existencias que finalmente no pudo vender, quedando obsoletas o vencidas, y una reducción general de ventas de importantes líneas o productos que generaban buen nivel de rentabilidad a la empresa.