Difícil panorama en viñas de Australia y Argentina abre oportunidad de negocio para firmas chilenas
La baja del tipo de cambio, sumado al aumento de costos, ha obligado a esos países a subir el precio de sus vinos.
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El precio del dólar le está jugando una mala pasada a la industria del vino en Argentina y Australia. Una coyuntura que en cambio le abre oportunidades a Chile.
Los principales competidores de los vinos locales son los países del Nuevo Mundo: Australia, Estados Unidos, Nueva Zelanda, Argentina y Sudáfrica.
De éstos, los vinos australianos y argentinos son los competidores más directos de Chile, dando una pelea más frontal pues tienen los mismos mercados de destino.
En el caso de Australia, que al igual que Chile tiene como principales mercados a Gran Bretaña y Estados Unidos, está viviendo un verdadero remezón, pues el bajo precio del dólar en relación a la moneda australiana ha llevado a varias viñas a tener que reducirse o acudir a préstamos frente a las pérdidas registradas.
Similar es la experiencia de Argentina, en donde las exportaciones han presentado una baja que tiene preocupada a la industria pues, según indica el presidente de Bodegas Argentinas, Juan José Canay, esta caída alcanzaría un 20%. “Nos hemos visto obligados, por aumentos de costos, a aumentar los precios y cuando aumentan los precios indudablemente se pierden mercados, entonces en vez de comprarle a Argentina compran a Italia, España, Chile, Australia o a cualquiera que ofrezca algo más competitivo, pero sin dudas, la crisis mundial tiene un papel central en esta realidad”, explicó a la prensa trasandina.
Al respecto, el presidente de la asociación gremial Vinos de Chile, René Araneda, señaló que efectivamente la situación del país vecino es compleja. Mientras que en el caso australiano considera que Chile aún no constituye una amenaza específica, aunque recalcó que hace algunos años el volumen de exportación de ése país casi duplicaba al chileno y actualmente esa situación se ha revertido.
“Podríamos decir que hoy Chile se ha transformado en el primer proveedor de vinos en el nuevo mundo”, dijo. Sin embargo, también explicó que si se considera que Australia tiene mejores precios, ambos países están bastante nivelados. Además se suma que varios enólogos deben comprar uvas, por lo que la mayor parte de sus costos se cotiza en la moneda local y una sobre expansión de la industria aumentó la oferta justo cuando la demanda de sus mayores mercados, EE.UU. y Europa, estaba debilitada por la crisis.
A pesar de que la industria vitivinícola chilena también tiene sus vaivenes con el precio del dólar y la competitividad, en Australia afirman que ésta se ha vuelto una amenaza. Casella Wines, la compañía productora de Yellow Tail, el vino australiano más exitoso en términos comerciales, se ha negado a aumentar sus precios debido a que empresas que tomaron esa estrategia han perdido cuota de mercado. La estrategia que decidieron tomar es conseguir un préstamo para defender a sus consumidores (principalmente norteamericanos) de un alza que podrían aprovechar los viñateros norteamericanos y sudamericanos. Casella Wines, cuya producción representa la quinta parte de las exportaciones de botellas de vino australiano, por primera vez en 20 años registró perdidas, las que equivalen a US$ 28,7 millones y sus ventas cayeron un 2,8%.
Por su parte, Araneda critica la estrategia de precios de la marca del canguro, pues, según cuenta, “hizo un posicionamiento pésimo y con esto arrastró a la industria a un nivel de precios más bajos” de los que podría tener. También señala que ahora el plan de acción en el que está trabajando el gremio junto a ProChile, consiste en dar a conocer que el país existe y que exporta vinos de calidad ya que, según señala, los competidores más avanzados lograron crear lazos emocionales con sus consumidores y eso es lo que le corresponde hacer a Chile. “No tenemos mala imagen, pero somos un papel en blanco en casi todos nuestros mercados (...) y eso obviamente no te ayuda”, dijo.
Ver también: Firmas locales siguen enfrentadas a estrechez del mercado laboral y apreciación del peso