De la minería a un artesanato italiano: la reinvención de Francisco Veloso
A 200 kilómetros de Roma, en Macerata, se encuentra Pastas Ciccarelli, la que se enfocará principalmente en exportaciones.
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La idea surgió buscando posibilidades de inversión. El abogado Francisco Veloso dejó Antofagasta Minerals el 31 de marzo de 2019, después de 25 años dentro del grupo de los Luksic, y comenzó a definir dónde pondría sus fichas para los próximos años.
Fue en unas conversaciones con dos amigos que también estaban viendo en qué invertir -el chileno-italiano Rodrigo Morelli y el chileno-americano Antonio Plazza-, que decidió mirar fuera del país.
Como es natural, Veloso tenía más atención en posibilidades mineras, pero Plazza había trabajado en la FAO y conocía de cerca el mercado de la alimentación en Italia, por lo que cuando surgió la posibilidad de una fábrica de pastas que estaba en quiebra, a un precio de entrada bajo, pero asumiendo una deuda en torno a tres millones y medio de euros, la idea los convenció rápidamente.
El destino era Macerata, una ciudad a 200 kilómetros de Roma, casi llegando al mar Adriático. La empresa se llama Pastas Ciccarelli, que fue fundada en 1930 por Alfredo Ciccarelli y que había ido pasando de generación en generación, llegando a facturar 10 millones de euros e incluso, en algún momento le fabricó productos al gigante supermercadista Carrefour, hasta que se vio en dificultades y debió abrir un proceso de quiebra similar a los que se conocen en Chile.
Tras una primera visita al lugar en junio de 2019, Veloso, Morelli y Plazza se convencieron de que era una buena oportunidad. En el proceso de venta, compitieron contra un oferente ruso y otro egipcio.
Considerando la experiencia de Veloso en los temas de relaciones con el entorno es que sugirió que se mantuviera el socio local -Alfredo Ciccarelli, nieto del fundador- con una participación, para mantener a un experto en la producción de pastas. Así, cada uno de los socios contribuye con su propio expertise.
“Le propusimos al tribunal mantener al socio, la fábrica y los 10 trabajadores, lo que nos dio una suerte de favorabilidad en el proceso, porque la economía en Italia se sustenta en forma importante de estas pequeñas y medianas empresas”, relata Veloso, quien no solo está viajando de forma periódica a ver el funcionamiento de la empresa, sino que también optó por tomar clases de italiano.
En ese país hay cientos de empresas de ese estilo, que se conocen como artesanatos, y tienen la gracia de vender el Made in Italy, dado que desde la maquinaria, hasta los productos que se utilizan para elaborar las pastas -trigo, sémola-, provienen de ese país.
“El mercado de las pastas secas, que son las que elaboramos nosotros en Ciccarelli, mueve más de US$ 3.000 millones al año. La pasta es lo que más se consume en el mundo, incluso más que arroz”, cuenta Veloso, sobre las oportunidades que está viendo en un negocio, fundamentalmente a través de la exportación de sus pastas.
Desde que tomaron el control de la empresa, a fines de septiembre, Veloso, Morelli y Plazza han definido un plan para ir incorporando gestión a través de la estabilización de procesos, optimización de equipos, para luego crecer. Incluso Plazza se instaló a vivir en ese país, como CEO.
Hoy Ciccarelli vende en italia, en algunos países del medio oriente y del sudeste asiático. “Estamos viendo posibilidades en Estados Unidos y el resto de Europa. Tenemos espacio para crecer, porque los equipos tienen una capacidad de elaborar 580 mil kilos de pastas al mes, pero estamos recién en los 100 mil”, dice, y agrega que espera que en un año más el negocio empiece a dar frutos.
Dentro de las opciones para abrir mercados, Veloso cuenta que la fábrica ya tiene certificaciones Halal (para el mundo islámico) y Kosher (judío) para ampliar la gama, además de que están mirando opciones de pastas sin gluten y otras de alto contenido calórico.
“Nosotros no somos volúmen, sino que un producto de alta gama, apuntando a mercado de hoteles y cruceros”, dice Veloso apuntando a que ese segmento crece más que el tradicional de las pastas.
Su pie en minería
Francisco Veloso no deja de mirar la minería. Incluso se asoció a un grupo de cuatro exgeólogos de AMSA -tres de ellos están fuera del país- para promover la venta de proyectos en fase de exploración en Chile y fuera del país.
Respecto de la minería, dice que esta actividad así como otras actividades económicas enfrentan el riesgo del debilitamiento del régimen de propiedad privada. "Esto afecta a todos, pero en particular a la minería por sus tiempos y niveles de producción. La minería es una actividad muy riesgosa y deben minimizarse los asociados a temas regulatorios y de propiedad, para volver a tener un salto exponencial en la producción, como el vivido en la década del 90", dice.