El futuro del trabajo y su impacto en las empresas

Por Natalia Lidijover, gerenta de desarrollo de Capital Humano en Sofofa Capital Humano

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Hoy el futuro del trabajo ya se instaló en nuestro presente. Fenómenos que hasta hace unos años -o tan solo meses, como la masificación de la Inteligencia Artificial- parecían lejanos, se están materializando rápidamente, planteando desafíos nuevos para las empresas.

En este contexto, es urgente el desafío de desarrollar un ejercicio de anticipación y agilidad, es tiempo de ganar capacidad de adaptación e instalar la reflexión para anticipar futuros posibles, no como una práctica predictiva, sino desde la capacidad de diseñar posibles escenarios y formas de abordarlos.

¿Cómo impulsar las nuevas tecnologías para la productividad, al mismo tiempo que ponemos foco en las personas? Las organizaciones tienen el desafío de preparar a sus colaboradores para trabajar en conjunto con las nuevas tecnologías.

El segundo elemento clave es el cambio en las formas de trabajar. La pandemia aceleró la adopción de herramientas para hacer los espacios de trabajo más flexibles y las empresas están avanzando cada vez más rápido hacia un mundo laboral híbrido.

Las plataformas digitales están facilitando la contratación y colaboración entre trabajadores y empresas, mientras la flexibilidad laboral y la autonomía son valoradas por los trabajadores, pero generan nuevas situaciones a abordar al interior de la organización. ¿Estamos preparados para mantener la productividad y crear nuevo valor? 

En este contexto, el aprendizaje continuo se vuelve fundamental para instalar las nuevas capacidades requeridas, al mismo tiempo que la flexibilidad es un elemento fundamental para que las empresas puedan atraer y retener talento.

Asimismo, se hace esencial la transformación del liderazgo y la generación de más autonomía. Hoy las empresas deben adoptar nuevas herramientas para articular la conducción de las organizaciones, entendidas como desafíos de los liderazgos directivos y ejecutivos para el cambio, al tiempo que abordan la construcción y fortalecimiento de los vínculos internos, con el objetivo de ampliar las capacidades adaptativas frente a la transformación que implica el futuro del trabajo.

Junto con la necesidad de nuevos liderazgos, emerge el desafío de instalar las condiciones organizacionales que permitan avanzar en un contexto en transformación. De esta forma, la confianza aparece como un elemento central, pues permite determinar la calidad del vínculo que establecen los trabajadores con sus empresas y gestionar las condiciones para implementar exitosamente las transformaciones que requieren las organizaciones para adaptarse y navegar mejor los cambios sociales, económicos y productivos que las impactan constantemente.

El “futuro” del trabajo ya llegó, hace rato y está en nuestras manos aprovechar las oportunidades que genera.

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