Economía y Política

Vicente Pérez Rosales, narrador de recuerdos chilenos

Por: | Publicado: Viernes 25 de junio de 2010 a las 05:00 hrs.
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Maria Graham, la gran viajera y escritora británica, que publicó Diario de mi residencia en Chile (1822-enero de 1823), cuenta que tenía “especial interés por Vicente, inteligentísimo niño”, que había viajado con ella desde Brasil hasta Valparaíso. Y pedía que sus excelentes disposiciones no fueran destruidas y que todo lo que prometía se consolidara hacia el futuro.

El brillante niño era Vicente Pérez Rosales (1807-1886), quien felizmente cumplió con las esperanzas que se abrigaban sobre él. De niño fue muy observador, y le correspondió vivir especialmente los años de la Independencia de Chile, con sus victorias y sus dolores. Entre estas últimas, por ejemplo, el fusilamiento de los hermanos Carrera, que Pérez Rosales observó como testigo presencial y cuyo recuerdo lo acompañó toda la vida.

En 1820, y por su mal comportamiento, su padrastro lo envió en un barco a Río de Janeiro, pese a las protestas de su madre. Allá estuvo dos años, a veces en muy duras condiciones económicas, para después regresar a Chile en una época convulsionada y de febril experimentación política. Después de un breve tiempo en su país, partió a Francia, donde estuvo cinco años. Allá asistió a la presentación de una obra de Victor Hugo – quien más tarde sería el genial creador de Los Miserables – y trabó amistad con Alexander Dumas, otra luminaria de las letras francesas. Regresó a Chile en 1830, cuando ya comenzaba una nueva etapa política que se extendería por largo tiempo.

En Santiago se mostró polifacético y lleno de energías para salir adelante, en la agricultura, el comercio, la medicina, la minería, la ganadería y el periodismo. Aventurero, partió a California a la búsqueda del oro… nuevamente no tuvo éxito. Pero estaba por llegar el momento culminante de su vida de servicio público, a mediados de siglo.

Durante el gobierno de Manuel Montt (1851-1861) comenzó un gran proceso de colonización del sur de Chile: Vicente Pérez Rosales fue designado Agente de Colonización en Valdivia, labor que se avenía bien con su espíritu “aventurero y batallador”.

Allá desarrolló una labor extenuante, con muchas dificultades, pero también con grandes realizaciones. A pesar de las críticas, que incluían aspectos religiosos (por no enviar colonos católicos, por ejemplo) y nacionalistas (por no otorgar los mismos beneficios de colonización a los propios chilenos), su trabajo siguió adelante, y pronto Pérez Rosales comenzó a desarrollar sus funciones en Alemania, para consolidar el proceso. “Fue un agente activo, no un funcionario contemplador”, como resume Myriam Duchens, en su interesante biografía sobre Pérez Rosales: efectivamente, entre 1855 y 1860 reclutó a más de 1.500 personas, que se instalaron en el sur de Chile.

En las últimas décadas de su vida, el agente se transformó en un gran publicista, desarrollando su veta literaria en textos como Diario de un viaje a California y, sobre todo, Recuerdos del Pasado, su obra cumbre, que Unamuno consideraba el mejor libro chileno y que otros consideraron una clara expresión de la chilenidad.

Pérez Rosales murió en 1886, después de haber alcanzado reconocimiento por su labor pública (además de Agente de Colonización fue diputado y senador) y literaria.

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