INE retoma las encuestas en terreno a medida que se permite una mayor movilidad en el país
Ya se está encuestando a personas en sus residencias por el tema laboral y se han tomado precios del IPC en tiendas.
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Poco a poco el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) retoma su trabajo en terreno. Claro que no con el objetivo de volver a lo de antes, sino que más bien con el propósito de adecuarse a un esquema mixto, que mezclara el factor presencial con el realizado a distancia, de acuerdo con información proporcionada por la entidad.
“Es factible proyectar que los métodos mixtos de recolección de información se mantengan a lo largo del tiempo”, comentan al interior de la repartición estatal.
Al inicio de la pandemia -al igual que otros centros de encuestas-, el INE adaptó sus protocolos de trabajo de campo para sus principales indicadores apostando por el teletrabajo y la captura de información vía telefónica y web.
Ahora, según el avance del Plan Paso a Paso que ejecuta el Gobierno -en donde la fase 1 implica un cierre total de la actividad salvo las definidas como esenciales, mientras que la 4 supone una mayor libertad de movilidad-, “muy probablemente” dichos ajustes “generarán cambios permanentes en nuestros procesos de producción estadística” explican desde el organismo que tiene a cargo la elaboración de las estadísticas oficiales del país.
Los indicadores
En el ámbito de la Encuesta Nacional de Empleo (ENE), en distintas zonas del país -de todas las regiones- ya se empezó a ejecutar la primera de las seis rondas de entrevistas con visitas de los encuestadores a los hogares, mientras que el resto de las consultas en las viviendas seleccionadas se sigue haciendo vía llamado telefónico.
El cuestionario se mantiene en ambas modalidades, “pues este es el único instrumento para medir la tasa de desocupación en el país, por lo mismo, es indispensable que se mantenga homogéneo entre las modalidades de recolección para evitar sesgos en la información”, aseveran desde el INE.
Para la captura de precios de los 303 productos que se utilizan como referencia en la canasta que compone el Índice de Precios al Consumidor (IPC) también se ha ido sumando un mayor trabajo de campo, lo que -en definitiva, señalan- “se ha traducido en una continua reducción de las tasas de imputación del indicador”.
En agosto el indicador dio cuenta de una tasa de imputación -que consiste en congelar el último valor conocido aplicando el método de arrastre- de 20%, distanciándose del 26,5% que se registró en el mismo mes de 2020.
La captura de precios en sitios web -método utilizado previo al inicio de la crisis sanitaria- ha adquirido “mayor fuerza”, reconocen de la entidad.
La toma de precios de manera presencial se realiza en las capitales del país y sus principales zonas conurbadas dada la cobertura territorial del índice.