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Reserva de terrenos para proyectos estratégicos: un pilar para el futuro de Chile

Antonia Bordas y Paulo Muñoz, Asesores del Consejo Políticas de Infraestructura (CPI)

Por: Antonia Bordas y Paulo Muñoz, Asesores del Consejo Políticas de Infraestructura (CPI) | Publicado: Viernes 18 de octubre de 2024 a las 17:11 hrs.
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Antonia Bordas y Paulo Muñoz, Asesores del Consejo Políticas de Infraestructura (CPI)

Chile enfrenta desafíos cruciales en la planificación y desarrollo de infraestructura, claves para su crecimiento económico y bienestar social. La reserva de terrenos para proyectos estratégicos, como puertos, plantas de desalinización y líneas de transmisión eléctrica, es fundamental para garantizar la continuidad del desarrollo y la resiliencia del país ante retos globales y locales.

La planificación territorial debe incluir la identificación y reserva de terrenos idóneos para el desarrollo de infraestructura. Este proceso optimiza el uso de recursos limitados y mitiga conflictos por el uso del suelo. Por ejemplo, la ubicación estratégica de puertos es esencial para mantener la competitividad de Chile en los mercados internacionales. Sin una planificación adecuada, podrían surgir cuellos de botella logísticos que afectarían la capacidad exportadora del país.

En un mundo interconectado, las amenazas, tanto naturales como humanas, exigen infraestructuras resilientes.

La escasez de agua, agravada por el cambio climático, ha enfatizado la necesidad de plantas de desalinización, las cuales requieren inversión y ubicaciones estratégicas cerca de áreas de alta demanda. Reservar propiedades para estos proyectos refuerza la resiliencia hídrica de las regiones más afectadas por la sequía.

La seguridad nacional es otro aspecto central. En un mundo interconectado, las amenazas, tanto naturales como humanas, exigen infraestructuras resilientes. Por ejemplo, la reserva de terrenos para líneas de transmisión eléctrica es vital para asegurar un suministro energético estable, incluso en escenarios adversos. La falta de previsión en este ámbito podría ocasionar apagones con severos impactos económicos y sociales.

Además, contar con terrenos reservados permite una respuesta más ágil ante desastres naturales, acelerando la reconstrucción de infraestructura crítica y minimizando la interrupción de servicios esenciales. Desde una perspectiva ciudadana, es una inversión en el futuro del país, garantizando que las próximas generaciones tengan la infraestructura necesaria para un desarrollo próspero y resiliente.

Es imperativo contar con una visión institucional que priorice la política descrita. El trabajo del Consejo Interministerial de Ciudad, Vivienda y Territorio (COMICIVYT) y el Consejo Nacional de Desarrollo Territorial (CNDT) apuntan hacia una planificación territorial integrada y con un enfoque multicriterio. Esto responde a las necesidades tanto nacionales como regionales, asegurando un desarrollo ordenado y equitativo en Chile, por lo que quizás en estas instancias podían resolver esta necesidad.

El crecimiento desordenado y la falta de previsión en el uso del suelo pueden llevar a un desarrollo fragmentado y desigual. Reservar estos espacios protege nuestra soberanía y capacidad de respuesta ante desafíos futuros.

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