Participación laboral femenina: un motor de crecimiento económico
Por Roberta Valenca, presidenta de AmCham Chile
Estamos en un momento en donde la agenda de crecimiento debe ser una prioridad para nuestro país. En este mes de la mujer, quiero reforzar que una de las maneras para retomar el crecimiento es a través del desarrollo e impulso de las mujeres.
La economía no puede crecer de manera sostenida si no considera una parte tan significativa de su población como somos las mujeres. Hemos demostrado que nuestra participación no solo promueve la equidad de género y la diversidad, sino que también tiene efectos directos sobre el Producto Interno Bruto (PIB) de los países y sobre el éxito de las organizaciones.
Según estudios realizados por diversas organizaciones internacionales, un aumento en la participación de las mujeres en el mercado laboral contribuye directamente al aumento del PIB.
De acuerdo al Banco Mundial, ampliar las oportunidades económicas para las mujeres puede impulsar el crecimiento. Las mujeres tienen prácticamente el mismo acceso a la educación, pero la participación promedio femenina en la fuerza laboral se ha estancado desde 1990, y la tasa llega a un 53 % en comparación con un 80 % en el caso de los hombres. La reducción de la brecha laboral de género podría incrementar el PIB per cápita a largo plazo en casi un 20% en promedio, en todos los países.
Además, el liderazgo de las mujeres mejora los resultados económicos, ambientales y sociales a largo plazo, y fortalece las instituciones. Un mayor número de mujeres en funciones de toma de decisión se correlaciona con mayores márgenes de beneficios netos de las empresas.
Para ONU Mujeres, el empoderamiento económico de las mujeres incrementa la diversificación económica y la igualdad de ingresos en pos de una prosperidad compartida. Se calcula que cerrar la brecha de género podría suponer un impulso de US$ 7 billones para la economía mundial.
En el caso de Chile, un estudio lanzado a fines del año pasado por Bci indica que un 1% de aumento en la participación laboral femenina incrementa el PIB tendencial en un 0,1%. De acuerdo al mismo estudio, esto además considera un aumento gradual, en un plazo de cinco años, de la fuerza laboral femenina en un punto porcentual. De esta manera, en el primer año es de 0,1%, en el segundo un 0,13%, tercero 0,17%, cuarto 0,21% y quinto un 0,25% el alza en el PIB tendencial.
Así, vemos que la participación laboral de las mujeres puede impulsar el necesario crecimiento económico y mejorar la productividad del país. Si bien en Chile esta tendencia ha aumentado en los últimos 30 años, esta se ha estancado, manteniendo una brecha de género.
Para que el aumento de la participación laboral femenina se traduzca en el verdadero impulso para el PIB que tanto necesita hoy el país, es fundamental que los gobiernos y las empresas implementen políticas públicas de calidad que favorezcan la igualdad de género y la inclusión.
Necesitamos que más empresas crean que la diversidad y el apoyo a la inclusión y desarrollo de las mujeres son un valor y pilar fundamental de la agenda de crecimiento de las organizaciones y del país. Debemos trabajar por este objetivo para convertirnos en el motor que nos permita retomar el crecimiento.