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Opinión

Invertir en América Latina

América Latina salió relativamente bien y pronto de la crisis. Es posible pensar en una segunda fase de la inversión en nuestra propia región.

Por: Equipo DF

Publicado: Lunes 14 de marzo de 2011 a las 05:00 hrs.

América Latina salió relativamente bien y pronto de la crisis. Es posible pensar en una segunda fase de la inversión en nuestra propia región. Hay buenos nichos que esperan capital externo, know how y posibilidad de asociarse a economías exportadoras como la nuestra.



Hacer negocios afuera es un desafío. Porque se trata de entrar en mercados desconocidos. Pero nuestros empresarios han asumido ese reto con audacia. Y la experiencia muestra que si bien se puede vender en muchas partes, es más fácil invertir en el territorio más cercano: América Latina.

Las empresas chilenas han invertido en el exterior un acumulado de US$ 55 mil millones, en particular en América Latina. Eso es positivo, porque expande el horizonte de nuestra economía, contribuye a generar empleo, “muestra” amistosamente a nuestro país y su potencial. 
¿Puede expandirse este horizonte?
Por supuesto, y más allá de los cálculos estrictamente técnicos, en mi opinión hay tres países que resultan muy buenos prospectos: Colombia, Brasil y México.

El caso colombiano es novedoso: 100 empresas chilenas ya lo han entendido y los más de US$ 7.000 millones invertidos avalan esta opción. La clave: Colombia es cada vez más estable y segura, especialmente en las zonas urbanas. Y tiene diez ciudades que superan el millón de habitantes. Además, su gobierno alcanza casi el 90% de aprobación. 
Brasil, qué decir. País de casi 200 millones de habitantes. Con regiones virtualmente vírgenes para la inversión chilena -Cencosud ha hecho una interesante opción por el norte. Los brasileños requieren de una gigantesca inversión en infraestructura, el corredor bioceánico unirá a Cuiabá y Mato Grosso -la capital de la soya brasilera- con los puertos del norte de Chile.

La capas medias crecen año a año y millones salen de la pobreza e ingresan al mercado. Brasil e s una de las diez principales economías del mundo. Una potencia emergente en serio. En los próximos años, Brasil estará en los ojos del mundo con ocasión de las próximas Olimpíadas y del próximo Mundial de Fútbol. 
Colombia y Brasil comparten una cualidad: tienen gobiernos que recién empiezan. Poseen un horizonte amplio por delante. Además, tienen el sello de la continuidad macro económica. Ojo, en Colombia y en Brasil hay empatía con lo chileno. 
Y México? ¿No hay mucha violencia?
Sí, pero si analizamos, la violencia está localizada en algunos de los estados de la federación. Especialmente en los del norte, frontera con quien sabemos. El tema es la droga. ¿El resto? Tiene estándares similares al resto de la región -salvo Michoacán y Guerrero. Pero se trata de un país de más de 100 millones, donde sólo el Distrito Federal es más grande que todo Chile, y si le sumamos el entorno del Estado de México, Puebla, Querétaro, Morelos y el Bajío, es más del doble de Chile. En México lindo y querido gustan de lo chileno, nos consideran “chambeadores” (trabajadores). Y México tiene un grado de integración con Estados Unidos como ningún otro país. Posicionarse en México es situarse en la antesala del mercado de los “güeros”. 
Chile es visto como un país emergente, serio, también medio fome, pero productivo, responsable. México desde hace años optó por una política económica de apertura, y construye responsabilidad fiscal y macro económica. 
Pero ya sea Colombia o Bélgica, Brasil o Timor Oriental, el desafío es común: hay que conocer el terreno y jugar con los códigos locales. No todo el mundo toma pisco sour el domingo ni come empanadas, ni almuerza en la casa de la mamá. 
Si bien hay buenas oportunidades y lo chileno es visto con interés, siempre es bueno conocer el terreno, asociarse con locales, conocer la cancha. Curiosamente, nuestro fútbol ha suavizado nuestra imagen altanera, el Mago Valdivia y Chupete Suazo, entre otros, han permitido que millones de latinoamericanos griten por lo chileno. 
La inversión externa es siempre bien recibida por las economías que han optado por la inserción internacional, y si viene de un país que se percibe responsable y sobre todo, amigo, es mucho mejor bienvenida.

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