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Editorial

Tiempo de acuerdos más que de marchas

Los derechos terminan donde comienzan los derechos del resto. Expresión más que conocida, pero que sirve bien para reflejar el momento por el que atraviesan las movilizaciones estudiantiles.

Por: Equipo DF

Publicado: Viernes 15 de julio de 2011 a las 05:00 hrs.

Los derechos terminan donde comienzan los derechos del resto. Expresión más que conocida, pero que sirve bien para reflejar el momento por el que atraviesan las movilizaciones estudiantiles.

Las marchas ya cumplieron su objetivo: una vez más, jóvenes han sido capaces -con o sin razón- de expresar su descontento frente a lo que consideran falencias del sistema educacional. El gobierno se ha abierto al diálogo y hasta los rectores de universidades públicas y privadas han reconocido que la instancia de conversación está instalada.

Corresponde ahora que el resto de la sociedad pueda retomar sus actividades normales: que los comerciantes de las áreas céntricas de Santiago y las principales capitales regionales puedan operar sin temor a desmanes y saqueos, que los estudiantes que se oponen a las tomas puedan volver a clases, que la comunidad en su conjunto tenga libertad de tránsito.

Insistir con la fórmula de las movilizaciones (de paso, sin hacerse responsable de las consecuencias negativas) no sería más que una demostración de que, en vez de diálogo, lo que buscan algunos sectores es sólo imponer sus propias visiones.

Las demandas estudiantiles están siendo escuchadas, tal como en el pasado ocurrió con el Consejo Asesor Presidencial de la Educación, implementado en el gobierno de Michelle Bachelet, donde representantes secundarios y de federaciones universitarias tuvieron representación. No es correcto, por lo mismo, plantear que los jóvenes no han tenido espacio para representar sus intereses.

Mejorar la educación es prioritario, pero eso ya está claro.

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