Signos preocupantes desde el exterior

Preocupantes señales sobre la marcha de la actividad productiva internacional se sumaron esta semana. En concreto, los índices del sector manufacturero coincidieron en exhibir una cierta desaceleración tanto en Estados Unidos, como en Europa y China durante mayo.

Más delicado aún, lo que repercutió con fuerza en las bolsas -que incluso llegaron a caer más de 1% el miércoles-, las compañías de la mayor economía mundial generaron una menor cantidad de empleos de lo prevista en el citado mes. Específicamente, los puestos de trabajo que se crearon alcanzaron a 38 mil, la más baja alza desde septiembre.

Esto último, por lo demás, en un contexto donde los analistas se preguntan sobre lo que ocurrirá con la actividad una vez que se ponga fin a los estímulos monetarios durante junio. Un punto que causa expectación tal como lo ha hecho que la deuda fiscal estadounidense alcanzara el techo de lo permitido.

Se trata, sin duda, de antecedentes inquietantes, por cuanto coinciden con un cuadro en que los distintos países están luchando por contrarrestar incrementos en la inflación, presionados en especial por las altas cotizaciones del petróleo y otros commodities.

Pero no es lo único. En algunos casos con mayor fuerza, se añaden los efectos negativos que ha tenido el terremoto de Japón sobre la demanda de bienes y la misma crisis de deuda soberana de Europa.

En este contexto, ¿persistirá el dinamismo de las economías emergentes? Sólo plantear la pregunta genera inquietud y, a su vez, refuerza el desafío de procurar políticas que -como en el caso de Chile- aseguren un mejor pasar más allá de 2011.