Regular o no regular, he ahí el dilema
No obstante que las agitadas aguas del caso La Polar comienzan a suavizar sus ondas más superficiales...
No obstante que las agitadas aguas del caso La Polar comienzan a suavizar sus ondas más superficiales, se intuye que las turbulencias más profundas permanecerán por mucho tiempo, emergiendo de tanto en tanto, activando la discusión y la polémica. Uno de esos muchos flancos que prometen dar que hablar guarda relación con la pregunta de si el sector retail, y en particular por su altísima connotación financiera, requiere de una revisión de las normas e instituciones que enmarcan su operación, de modo de, primero, identificar si las barreras de contención presentan algún grado de porosidad y, segundo, si independiente de aquello, de todas formas hacen falta actualizaciones normativas que brinden la seguridad de que hechos como los de La Polar no se reproducirán.
Los máximos dirigentes del sector Comercio, en el cumplimiento de su rol gremial, han dicho que no hace falta “ni media ley más”, observación previsible, pero que la autoridad probablemente sólo usará como un insumo más a sus análisis. Al sector comercio habría que concederle que las regulaciones elaboradas al calor de los escándalos probablemente resultarán contraproducentes y costosas para una de las actividades más vanguardistas del país. Con todo, eso no significa que la autoridad no deba hacer el trabajo de revisar las defensas que se ha dado el marco legal, en especial por los alcances públicos que ha tenido este caso.
El punto de fondo es que ese esfuerzo de evaluación en ningún escenario debe dar paso a decisiones de regulación apresuradas o para la galería, para lo cual el diálogo entre los actores involucrados y la observación de la experiencia internacional serán clave.