Regulación y casos puntuales
Con el avance de las horas la situación desatada el jueves tras el reconocimiento que hiciera la cuarta mayor empresa de retail del país...
Con el avance de las horas la situación desatada el jueves tras el reconocimiento que hiciera la cuarta mayor empresa de retail del país de situaciones anormales en el manejo de su cartera de créditos, ha visto encaminar el debate hacia la órbita política, con acciones y reacciones de ministros, supervisores y bancadas políticas.
Detrás de este giro lo que hay es, más allá del natural interés de perseguir responsabilidades por parte de quienes se declaran perjudicados o víctimas de un engaño, la necesidad de abrir un espacio de reflexión profundo sobre el tema del retail financiero, sobre los alcances que este negocio tiene en los niveles de riesgo del conjunto del sistema, sobre los sistemas de control corporativo y sobre si empresas con una estructura de propiedad sin un controlador claro pueden necesitar estándares distintos de control para evitar episodios imprevistos de connotación nociva para los accionistas.
Y si bien es razonable que estos actores y aproximaciones al tema cobren protagonismo, es pertinente recordar que las normativas debatidas e impulsadas al fragor de las crisis y a partir de casos específicos pueden producir efectos indeseados si se ejecutan con premura. Lo anterior no significa que el tema no deba analizarse, muy por el contrario, significa que hay que actuar, pero que los pasos hay que darlos de a uno, es decir, identificando primero en forma nítida el origen del problema y ver cuáles pueden ser los vacíos que pudieron dar origen a la crisis, Esto es especialmente relevante porque se ha apuntado que algunos ejecutivos realizaron prácticas no autorizadas, lo cual no supone un vacío legal o normativo, sino que otro tipo de problema.